El ser humano -la mujer en este caso- es abordada por el peso de su conciencia; sabe que desplazó a otra en la vida de su marido aprovechándose de su juventud, frente a la madurez de su contraria. Ahora, ha pasado el tiempo, se da cuenta de que no es tan joven. Por eso interroga: ¿Qué pasa?, consciente de que puede ser reemplazada por una mujer más joven, lo cual le permite cierto conformismo. Lo que le afecta en realidad, es darse cuenta de que a quién desplazó (pero que no pudo reemplazar) tiene la ventaja de ser la primera, ubicándola a ella en un segundo plano; su triunfo (si es tal) fue aparente. Al final, la única perdedora fue ella y no por ser mujer, sino por no reconocerse en la esencia de su rol.
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