viernes, 27 de enero de 2012

SEMÁFORO EN LAS TABLAS

Melquiades Villarreal Castillo

 VAMOS BIEN
He manejado en Las Tablas desde 1982.  Salvo para carnaval y el Desfile de las Mil Polleras, jamás ha habido tranque hasta hoy,  cuando empieza a funcionar el primer semáforo de Las Tablas.  Para que tengan una idea: el viaje de Peña Blanca a la Universidad sin semáforo demoraba doce minutos.  Ahora con semáforo demora 26 minutos.

El semáforo está ubicado en la entrada, tiene la función de evitar las confusiones viales  entre la doble vía y la circunvalación.

miércoles, 25 de enero de 2012

PEÑA BLANCA, CELEBRA SU IDENTIDAD, RECUERDA AL TRAIDOR, PERO CONDENA SU NOMBRE AL OLVIDO ETERNO

24 DE ENERO DE 2011:
DIA DE LA IDENTIDAD DE PEÑA BLANCA

      Mi pueblo vivió  una experiencia única que marca un hito en su historia.
       Es un pueblo tan tranquilo, que la mayor diferencia entre sus habitantes, consiste en tratar de ser el primero en llegar a misa.
        Es un pueblo sin abogados, porque es una profesión innecesaria: si no hay problemas no hay a quién defender, ni a quien acusar.
Imagen tomada de internet.
        Ante la situación de que un millonario  en el nombre impersonal de un consorcio, ha querido apoderarse de un terreno en el río  que era de todos para que no fuera de nadie. Sin embargo, uno de los nuestros se apodera de toda la información y se la facilita, en un acto vil, al servicio del dinero.
       Jamás escribiré el nombre de esa persona, porque los escritos permanecen y las palabras se olvidan.        
      Quiero que su nombre sea borrado del recuerdo de este pueblo por los siglos de los siglos.
       Si lo menciono, alguien lo recordará y hay que enterrarlo en la fosa del desprecio popular que él mismo ha cavado.
         Solo diré que es hijo de una maestra que enseñó la solidaridad con los asuntos de la comunidad:
     ¡Qué lástima maestra enseñe a otros lo que no le enseñó a su hijo!
    Acompañado de su padre, actuaron en contra de su pueblo.  
   Son una vergüenza popular y lo peor es que, como Judas, dio el beso de la traición a Cristo; ellos traicionan a Cristo y a su pueblo en la comunión constante, olvidando que comunión es una unión común con Cristo y que comunidad es común unidad, sobre todo con el terruño que es la patria del corazón.
      Ojalá nunca más la traición vuelva a este pueblo.
       Sin embargo, el pueblo luchó sin abogados, sin recursos, porque su único abogado y su único recurso, es la razón de luchar por un bien común olvidando los intereses putrefactos de los que limitan su existencia al interés permanente de apoderarse de todo.
     A partir de este hecho heroico en la paz, propongo a mis paisanos  que de ahora en adelante, se celebre el 24 de enero como día de nuestra comunidad, que se recuerde al traidor y a quienes lo formaron con su retorcida conducta, aunque recomiendo también que intentemos colocar sus nombres en el abismo del olvido.

lunes, 23 de enero de 2012

FUNCIÓN DEL ELOGIO DE LA LECTURA Y LA FICCIÓN DE MARIO VARGAS LLOSA

Melquiades Villarreal Castillo
Ciudad de Panamá, 21/11/2011
Melquiades Villarreal Castillo
Don Mario, usted, en el discurso de toma de posesión del Premio Nobel de Literatura 2010, habló sobre el Elogio de la lectura y la ficción. ¿Podría usted explicarnos a los docentes panameños, de qué manera es útil la lectura, la literatura y la ficción para enseñar español a nuestros estudiantes?
Mario Vargas Llosa
Yo recuerdo siempre que en la primaria me distinguí un poco en la clase, porque, a diferencia de la gran mayoría de mis compañeros, el curso de castellano a mí me gustaba y a ellos generalmente les aburría hay que decir que era  un curso que estaba  tan centrado en la gramática que exigía, pues, una cierta vocación para poder disfrutar de ese curso.
Mario Vargas Llosa. 21-11-2011. Panamá.
 Pero siempre recuerdo a los profesores de castellano que tuve en los primeros años de colegio. Creo que esos años son absolutamente fundamentales para crear buenos lectores. Ser un buen lector es la mejor manera de conocer la propia lengua, sobre todo,  de dominar ese instrumento maravilloso de la comunicación y de la comprensión que es el lenguaje y, por ello, siempre he pensado que los profesores de castellano, de español, de gramática tenían una enorme responsabilidad, pues de gran parte de ellos depende que las nuevas generaciones sepan hablar bien, conozcan la enorme riqueza que tiene nuestra lengua, que aprendan a matizar que es la mejor manera de expresar un pensamiento claro y profundo.
Hablar bien no significa solamente  expresarse bien ante los demás. Significa, sobre todo, pensar bien, pensar con claridad, pensar con claridad, significa comprender mejor el mundo en el que uno vive, significa conocerse mejor y también conocer mejor a los demás
Tengo una altísima idea de lo que es enseñar y creo que la enseñanza del lenguaje es uno de los conocimientos absolutamente fundamentales para poder funcionar en la vida de una manera realmente creativa.
La lectura es una operación maravillosa que enriquece enormemente la vida de las personas y la enriquece de  muchas maneras. La primera y la más importante es dándonos un extraordinario placer que es lo primero que hay que inculcarle a los niños y a los jóvenes: leer es un placer. Leer un buen libro es una manera de vivir experiencias que uno no tendría de otro modo.
La maravillosa experiencia que fue para mí leer,  que todos hemos disfrutado leyendo libros, pues sabemos que la lectura nos enriquece extraordinariamente  la vida, que extiende nuestras fronteras, nuestros horizontes, que enriquece enormemente nuestra sensibilidad, que, además, la lectura incrementa nuestros apetitos, y nuestros deseos nos hace desear cosas que no sabíamos que ni siquiera sabíamos que existían y que los libros nos revelan que allí están y que están alcance de nuestra imaginación.
 Creo, además, que la buena lectura nos educa y nos permite combatir los prejuicios. La ignorancia crea prejuicios sobre el otro, el que es diferente a nosotros, porque tiene otro color de piel, porque tiene  otros dioses o tiene otras costumbres o se expresa en otra lengua.
A una persona ignorante le despierta desconfianza y a veces hostilidad y ese prejuicio ha generado incomunicación guerras, racismo y xenofobia. 
Las buenas lecturas nos enseñan que hay una comunidad, un denominador común muy grande entre esas personas, a pesar de que esas diferencias que son las lenguas, las creencias, las costumbres y  por eso la literatura nos cura de muchas  ideas que tenemos sobre el mundo y sobre los seres humanos
Aprender a conocer el castellano es algo que no nos da la gramática ni los manuales; es algo que nos dan los buenos libros y ese conocimiento ensancha también extraordinariamente nuestra visión del mundo.
Creo que la lectura es fundamental en la educación de los seres humanos y es el conocimiento básico que nos permite   adoptar otros conocimientos  con una base solida profunda a eso me refería yo en ese texto.
No solamente  quien va a dedicarse a la literatura, a las letras o a las humanidades necesita conocer bien su idioma. Todos necesitamos conocer nuestro idioma porque es el paso fundamental para adquirir otros conocimientos y para funcionar mejor en la vida.
Mientras más idiomas conozca uno, desde luego  mucho mejor: pero el conocimiento del idioma es básico y fundamental y por eso la labor que cumplen ustedes los profesores de español en los años básicos para la formación es absolutamente fundamental.
Desgraciadamente, no todos los gobiernos tienen esa idea suficientemente clara y no elaboran en los programas de educación esa noción básica y fundamental que el conocimiento del idioma es imprescindible y fundamento para los otros conocimientos.
Yo digo siempre que terminé siendo escritor por el tremendo placer que me dieron los libros que leí de niño creo que fue la causa de sentir la tentación de ponerme a escribir historias con la esperanza que me dieran la felicidad que me dieron las lecturas de los libros que leí de niño.

OBS.  Recuérdese que el texto no fue escrito por Vargas Llosa, que solo es una transcripción lo más fiel posible de su respuesta oral.

SEMÁNTICA DEL POEMA PREGUNTAS SOBRE LOS CERDOS E IMPRECACIONES DE LOS MISMOS

           "La ignorancia, la pereza y el vicio son los ingredientes apropia­dos para formar un legislador;  quienes mejor explican, interpretan y aplican las leyes, son aquellos cuyos intereses y habilidades consisten en pervertirlas, destruirlas y eludirlas."
                                                                                      Jonhatan Swift Los Viajes de Gulliver.

José Emilio Pacheco, poeta mexicano, autor de una novela impresionante por la temática, y por qué no, por el título: Morirás Lejos, nos sorprende con su poesía. En su libro, No me preguntes cómo pasa el tiempo, en la IV parte, titulada "Los animales Saben", hay 10 poemas dedicados a la filosofía animal, entre los que se destacan los cangrejos, murciélagos, monos, peces, halcones y, sobre todo, los cerdos y los leones. Los cerdos se convierten en el paradigma de esta exposición.
       En el poema "Preguntas sobre los cerdos e imprecaciones de los mismos", introducido por un epígrafe tomado de Gaspar Melchor de Jovellanos: "¿Existe otro animal que nos dé tanto?", el héroe lírico, nos evidencia, mediante un curioso afán lúdico, una imagen desembarazada de la sustancia de la vida de los cerdos, que por amplitud, muy bien puede ser análoga a la vida de los hombres:


"¿POR QUÉ todos sus nombres son injurias?: puerco marrano cerdo cochino chancho. Viven de la inmundicia, comen, tragan (porque serán comidos y tragados). De hinojos y de bruces roe el desprecio por su aspecto risible, su lujuria, sus temores de obsceno propietario. Nadie llora al morir más lastimero interminablemente repitiendo: y pensar que para esto me cebaron, qué marranos qué cerdos qué cochinos."
      Este poema simplemente es prodigioso por su peculiar disposición: Sus once versos endecasílabos, reflejan un mensaje indiscutible. Es evidente que este artificio métrico obedece la misión de representar las extremidades del marrano, que en última instancia expone los soportes en que se sustenta la ontologia porcina. Si examinamos la semántica del texto, nos encontramos con lo siguiente: Se inicia con una interpelación: ¿POR QUÉ todos sus nombres son injurias?: Resulta diáfana el empeño filosófico, el cual se infiere del interrogante, el cual se reitera con el uso de la mayúscula cerrada con interés de enfatizar.
      Los dos puntos cumplen un oficio sumamente decidor: Son la respuesta contigua del raciocinio metafísico que el héroe lírico tiene en cuanto a la existencia porcina; son: puercos, marranos, cerdos, cochinos, chanchos. Hay que anotar, que a pesar de la analogía, no se utilizan comas, lo que también cumple un cometido en la estructura semántica del tema, pues al no existir intervalos, los apelativos se adjetivan transformándose en epítetos insultantes: puercos marranos cerdos cochinos chanchos.
     Posteriormente, el yo lírico recrea la imagen de un ecosistema, reiterando las cualidades cerdiles de los puercos, que:

"Viven de la inmundicia, comen, tragan
             (porque serán comidos y tragados).
      En estos versos, la analogía separada por comas, revela la forma de los puercos engullir: obsérvese la ordenación de los acentos en la sexta y undécima sílabas: Engendra una secuela sonora muy singular que genera la imagen onomatopéyica del sonido que provocan los cerdos al alimentarse.
      El examen léxico-semántico del poema continúa ofreciendo connotaciones sarcásticas sobre la realidad porcina: su aspecto es risible, son lujuriosos y temerosos a la vez. Son objeto de desprecio por sus cualidades de esperpento. Sin embargo, "Nadie llora al morir más lastimero", cualidad que Jonathan Swift atribuye al ser humano:

"En los dos reinos antes mencionados, encontró que una vida larga era el deseo y anhelo universal de la Humanidad. Quien tenía un pie en la tumba, era seguro que afianzaba el otro lo más firmemente posible; el más viejo tenía aún esperanza de vivir un día más y consideraba la muerte como el peor de los males, del cual la naturaleza lo impulsaba a apartarse siempre."
     Sin embargo, el apego a la vida no es lo más sustancial del poema, sino que los dos versos concluyentes sintetizan de manera magistral el mensaje que en ningún instante resulta embrollado, lo que facilita se decodificación:
      "y pensar que para esto me cebaron, qué marranos qué cerdos qué cochinos."

     Indubitablemente, estos dos endecasílabos son alusiones transparentes a la condición humana, pues existe una reitera­ción de un recurso estilístico: La ausencia de las comas que realiza la misión de frustrar las pausas, con lo cual el cerdo se desquita agraviando al hombre: "qué marranos qué cerdos qué cochinos."

    No obstante, el verso anterior "y pensar que para esto me cebaron," es una cautivante reflexión sobre la vida humana: El hombre ceba al cerdo con inmundicias con miras de engordarlo, para luego devorarlo generando una transustanciación, convirtiéndose en cerdo.

     Por otro lado, el poema es una antítesis que no se vale de ningún eufemismo para llegar a una conclusión. El yo lírico, que es la representación del hombre, colige que los puercos son: puercos marranos cerdos cochinos chanchos; pero al mismo tiempo, los cerdos al referirse a los hombres, en el cosmos del poema, lo hacen en los términos siguientes "qué marranos qué cerdos qué cochinos."
      Saliéndonos del contexto, tenemos que llegar a la conclusión que hace mucho tiempo meditó un campesino, cuando dijo que "puerco es el que los cría."

LÉXICO BÁSICO DEL ESTUDIANTE PANAMEÑO

¿Cuántos estudiantes en nuestro país entienden el siguiente verso de Rubén Darío: "Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!", cuando no entienden que la mariposa abandonó su capullo o que el gusano dejò de ser mariposa, o más simple: que logró la libertad?

Es necesario romper con la tradición de Babel y llevar a los estudiantes a manejar un vocabulario común, que lejos de tener afanes de falsa erudición permita una comunicación fluida que conduzca a un verdadero mejoramiento de la calidad de uso del léxico, incrementando así sus posibilidades de aprender.

viernes, 20 de enero de 2012

LA DÉCIMA: RECIPIENTE DE LA SABIDURÍA POPULAR PANAMEÑA

Melquiades Villarreal Castillo
La décima es la estrofa más estimada por el hombre panameño, pues la misma llegó a nosotros junto con la colonia y con las costumbres hispánicas.
Esta estrofa sirve al campesino -sobre todo-, para exteriorizar sus pensamientos y sus sentimientos. La misma le resulta más atractiva, pues el folclor ha impuesto una serie de torrentes (tonos) en mejoranera (guitarra rudimentaria típica de Panamá) o guitarra, que facilitan su canto, profundizando el lirismo presente en la misma.
Desde este punto de vista, nos resulta factible aseverar que este canto es más interesante, porque puede tocar los temas más diversos, con lo cual el campesino garantiza la continuidad de su sabiduría.
     En este sentido, podemos argumentar que este hecho no es nuevo, pues es el papel jugado por los juglares españoles que, durante la edad media, esparcieron por todos los reinos hispánicos los diferentes mensajes que se pretendían transmitir.
      Es indispensable señalar, antes de continuar, que los ejemplos que hemos traído al caso, provienen de la obra La décima y la copla en Panamá de los esposos Manuel Fernando Zárate y Dora Pérez de Zarate.
   Así, la décima que contiene la filosofía del pueblo es la de argumento. En este tipo de décima, se encuentran los temas más diversos enfocados desde la óptica de la demosofía. Veamos, por ejemplo, los siguientes versos en los que se refleja la realidad de la vida:
"Nada en esta vida perdura
 perecen bienes y males
y a todos nos hace iguales
una misma sepultura."
          Los versos citados expresan la realidad de la vida y hasta cierto punto rememoran el Eclesiastés, texto bíblico en el que se denuncia la vanidad de las acciones humanas que, a la postre, se hundirán en el olvido, pues la vida humana es intrascendente.
Asimismo, evocan los versos la igualdad de los hombres, pues a pesar del bien y del mal, de la riqueza o de la pobreza, del color, de la fe, todos somos iguales en el trance de la muerte, por lo tanto lo único que le queda al hombre es la búsqueda de la felicidad, pues su carácter efímero no le permite tiempo para preocupaciones baladíes:
"Mira que la vida es nada
y teniendo que morir
con tanto que hay que sufrir
es mejor la carcajada;
yo con el alma agobiada
de tanta complejidad
me río con tanta bondad
y de paso estoy conforme
en las tablas del enorme
circo de la humanidad."
    Evidentemente, el bardo, a pesar de no ser letrado conoce la esencia misma del ser humano, pues compara, al modo romano, la humanidad con un circo enorme, en el cual todos somos actores y espectadores indolentes del sufrimiento de los semejantes.
    Desde que el hombre tuvo conocimiento de su existencia, ha confrontado una serie de dificultades originadas de su condición finita. Es simple. El hombre se niega a resignarse a la muerte. Por ello, buscó en otros elementos la posibilidad de lo eterno, demostrando su aprehensión ante la parca.
Así, la décima que contiene la filosofía del pueblo es la de argumento. En este tipo de décima, se encuentran los temas más diversos enfocados desde la óptica de la demosofía. Veamos, por ejemplo, los siguientes versos en los que se refleja la realidad de la vida: "Nada en esta vida perdura/ perecen bienes y males/y a todos nos hace iguales/ una misma sepultura." Los versos citados expresan la realidad de la vida y hasta cierto punto rememoran el Eclesiastés, texto bíblico en el que se denuncia la vanidad de las acciones humanas que, a la postre, se hundirán en el olvido, pues la vida humana es intrascendente.
    Esta situación, no escapa a la temática de las décimas conservadas por el folclor nacional:
"Dice la Santa Escritura
que Dios al hombre formó
y que el alma le infundió
para una vida futura;
pero allí llega la duda
 por ser extraños, profundos
los problemas que presenta
 y no habrá de dar la cuenta
ni yo, ni tú, ni ninguno."
        Es fácil advertir la duda permanente del hombre, la imprecisión constante que ha afectado a todas las civilizaciones. Se evidencia, sin embargo, como se arraiga el pensamiento español, pues se busca en las escrituras la explicación para la vida.
    En este caso, se dice que Dios dotó al hombre de un alma inmortal; sin embargo, surge una duda mayor: ¿por qué si tras la muerte se logra la vida eterna, entonces la gente persigue hasta lo último conservar la existencia terrena? La respuesta es categórica y elemental: El ser humano, el instruido o el manuto, tiene muy poca fe y, fundado en la sabiduría popular, prefiere una vida corta en mano que existencia eterna volando.
El dinero es otra causa de los diferentes problemas que enfrenta el hombre de todas las latitudes, en todas las civilizaciones, pues la lucha entre ricos y pobres es la causa de la esclavitud a la que han sido sometidos millones de seres humanos a lo largo de la historia.
   Y es que el dinero, nadie lo puede negar, tiene la virtud de alterar el pensamiento humano de forma tal que nadie se sacia con él, el que más tiene más anhela poseer y el que no tiene también lucha desesperadamente por conseguirlo, descuidando la esencia de la vida que es vivir, por andar tras el dinero, lo cual a la postre carece de sentido desde el punto de vista de que al final con dinero no se evita la muerte que pone fin a todos los afanes.
"Oh dinero cuánto vales
quién te pudiera guardar,
pues al rico lo engrandeces
y al pobre lo abates más."
Otro problema muy tratado por la décima panameña es el de la moral, la conciencia que tiene el ser humano en cuanto al bien y al mal.
       Desde este punto de vista, queremos señalar que estos conceptos no son tan vacíos como muchos piensan, sino que tienen permanencia en el devenir de los tiempos. Por ello, encontramos versos como los siguientes:
"Los secretos ya se sabe
 que el declararlo no es bueno;
menos cabe en pecho ajeno
lo que en el tuyo no cabe,
 ya sean leves, ya sean graves
el declararlo es mal hecho.
Y como estoy satisfecho,
te advierto que te receles
 y que ninguno reveles
el secreto de tu pecho."
En esencia, estos versos reflejan una conducta moral del hombre que debe enfocarse hacia el comedimiento, evitando hacer comentarios que lo dañen a la larga; pues, se evidencia el carácter egoísta del ser humano, por lo cual se invita a cada cual a proteger sus propios secretos, ya que si uno mismo no es capaz de guardarlos, cómo va a hacerlo otro a quién se los contamos.
La soledad es un factor que toca a una gran cantidad de personas, inclu­sive es el objetivo de muchas de las cuartillas de este ensayo. Sin embargo es digno de notar que el campesino no contempla la soledad como un producto de hibridez racial; si no que su punto de vista se va a lo más prístino que es la búsqueda del ser humano de una pareja que le permita realizar los designios primigenios y paradisíacos de Adán y Eva:
"El hombre sin la mujer
es embarcación sin rumbo
tampoco existiera el mundo
ni delicias, ni placer
sin la mujer no hay querer;
es una ciudad sin plaza;
y si la mujer se casa
consuelo es de su marido;
ni la paloma en su nido
es la mujer en su casa."
Hasta donde hemos visto al campesino le importa muy poco con los problemas nacionales, en su concepción filosófica. Y hay que entenderlo desde un punto de vista del tiempo y el espacio en que se encuentra.
          El campesino sólo se preocupa por sus problemas más apremiantes, por su vida, pues hundido en el monte produce su propio alimento, no depende de otros seres, lo cual le da cierto aire de libertad, ya que la  mayor parte de las veces, debido al analfabetismo, este hombre mantiene pura su esencia, puesto que ni siquiera se contamina con la lectura.
             Sin embargo, es importante anotar que, a pesar de sus limitaciones el hombre del campo, también ha hecho su contribución a la elaboración de un bosquejo ontológico nacional a través de la décima aunque nos atrevemos a afirmar que para este hombre no existe una plena conciencia de la nacionalidad, la cual se circunscribe únicamente a su terruño.

sábado, 7 de enero de 2012

ARTURO PÉREZ REVERTE: EL SECRETO DE LA ESCRITURA

Arturo Pérez Reverte
  Y aquel muchacho, hoy el novelista que recibimos, explica así su literatura: «Mi único secreto es muy simple y está al alcance de cualquiera: planteamiento, nudo, desenlace, las comas en su sitio, y sujeto, verbo y predicado». Y luego lo condensa en tres palabras: «Escribo como lector». Le preguntan por sus temas y dice que acude a los asuntos que literariamente más lo han emocionado, los grandes temas clásicos, y precisa: «El honor, la amistad, la aventura, el mar, el peligro, el tesoro, el laberinto, el enigma». «Utilizo —añade— los mecanismos de la narración clásica: ¿por qué empeñarse en cambiar algo que han hecho tan genialmente Galdós, Stevenson, Dumas o Stendhal? Cuento historias en las que pasan cosas...».

Tomado de Gregorio Salvador Caja. Contestación a Arturo Pérez Reverte.  Discurso de Ingreso a la Real Academia Española. El habla de un bravo del siglo XVII. www.rae.es
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