lunes, 26 de noviembre de 2012

LAS PALABRAS EN EL DICCIONARIO

 "Los putos diccionarios" (Federico Plager, Argentina), son muy complejos, tal vez como las computadoras, cuando uno más los necesita no tienen ni la palabra ni el significado acorde con las necesidades del momento.
   Por eso, después de ver una etiqueta en una foto de (Sotero Ajacopa Pairumani. Bolivia), me permito compartir la frase más exacta que yo he escuchado después de aquel: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra." En esta ocasión, de República Dominicana, Idelta Rodríguez afirmó sobre las palabras en los diccionarios:  "No son todas las que están, ni están todas las que son." (Rodríguez Núñez, 2005).  Creo que nadie superará frase tan sabia ni tan exacta.

domingo, 18 de noviembre de 2012

AL PERDERTE YO A TI (Poema de Ernesto Cardenal)

Ernesto Cardenal
Al perderte yo a ti
Tu y yo hemos perdido:
Yo por que tú eras
Lo que yo más amaba
Y tú por que yo era
El que te amaba más.
Pero de nosotros dos
Tú pierdes más que yo:
Porque yo podré amar a otros
Como te amaba a ti,
Pero a ti no te amarán
Como te amaba yo.

MI DELIRIO SOBRE EL CHIMBORAZO


Simón Bolívar


         Yo venía envuelto en el manto de Iris, desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco al Dios de las aguas. Había visitado las encantadas fuentes amazónicas, y quise subir al atalaya del Universo. Busqué las huellas de La Condamine y de Humboldt seguílas audaz, nada me detuvo; llegué a la región glacial, el éter sofocaba mi aliento. Ninguna planta humana había hollado la corona diamantina que pusieron las manos de la Eternidad sobre las sienes excelsas del dominador del los Andes. Yo me dije: este manto de Iris que me ha servido de estandarte, ha recorrido en mis manos sobre regiones infernales, ha surcado los ríos y los mares, ha subido sobre los hombros gigantescos de los Andes; la tierra se ha allanado a los pies de Colombia, y el tiempo no ha podido detener la marcha de la libertad. Belona ha sido humillada por el resplandor de Iris, ¿y no podré yo trepar sobre los cabellos canosos del gigante de la tierra? Sí podré! Y arrebatado por la violencia de un espíritu desconocido para mí, que me parecía divino, dejé atrás las huellas de Humboldt, empañando los cristales eternos que circuyen el Chimborazo. Llego como impulsado por el genio que me animaba, y desfallezco al tocar con mi cabeza la copa del firmamento: tenía a mis pies los umbrales del abismo.
       Un delirio febril embarga mi mente; me siento como encendido por un fuego extraño y superior.   Era el Dios de Colombia que me poseía.
    De repente se me presenta el Tiempo bajo el semblante venerable de un viejo cargado con los despojos de las edades: ceñudo, inclinado, calvo, rizada la tez, una hoz en la mano…
    «Yo soy el padre de los siglos, soy el arcano de la fama y del secreto, mi madre fue la Eternidad; los límites de mi imperio los señala el Infinito; no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la Muerte; miro lo pasado, miro lo futuro, y por mis manos pasa lo presente. ¿Por qué te envaneces, niño o viejo, hombre o héroe? ¿Crees que es algo tu Universo? ¿Que levantaros sobre un átomo de la creación, es elevaros? ¿Pensáis que los instantes que llamáis siglos pueden servir de medida a mis arcanos? ¿Imagináis que habéis visto la Santa Verdad? ¿Suponéis locamente que vuestras acciones tienen algún precio a mis ojos? Todo es menos que un punto a la presencia del Infinito que es mi hermano».
     Sobrecogido de un terror sagrado, «¿cómo, ¡oh Tiempo! —respondí— no ha de desvanecerse el mísero mortal que ha subido tan alto? He pasado a todos los hombres en fortuna, porque me he elevado sobre la cabeza de todos. Yo domino la tierra con mis plantas; llego al Eterno con mis manos; siento las prisiones infernales bullir bajo mis pasos; estoy mirando junto a mí rutilantes astros, los soles infinitos; mido sin asombro el espacio que encierra la materia, y en tu rostro leo la Historia de lo pasado y los pensamientos del Destino».
      «Observa —me dijo—, aprende, conserva en tu mente lo que has visto, dibuja a los ojos de tus semejantes el cuadro del Universo físico, del Universo moral; no escondas los secretos que el cielo te ha revelado: di la verdad a los hombres».
     La fantasma desapareció.
        Absorto, yerto, por decirlo así, quedé exánime largo tiempo, tendido sobre aquel inmenso diamante que me servía de lecho. En fin, la tremenda voz de Colombia me grita; resucito, me incorporo, abro con mis propias manos los pesados párpados: vuelvo a ser hombre, y escribo mi delirio.

domingo, 11 de noviembre de 2012

EN NOMBRE DE ELLOS: MÁS QUE UNA NOVELA, UNA VISIÓN DE LA SOCIEDAD PANAMEÑA


Cristelle García
Estudiante de IX° del Colegio Manuel María Tejada Roca.

Cristelle García
La novela En nombre de ellos del autor José Chen Barría es una descripción de la vida de tantas familias panameñas y de cualquier país tercermundista.  Esta obra nos lleva a un recorrido detallado y descriptivo de todos los aspectos de la vida cotidiana de una muchacha de campo, quien ve en el estudio la única manera de salir adelante y, por ende, de escapar de la pobreza.
 El autor nos narra la historia de María, la misma inicia cuando es concebida,  prácticamente, en un acto de violación de su padre hacia su madre, mostrándonos así  la cruda realidad de tantos niños que, lejos de ser concebidos con amor, son simplemente el resultado de un acto de satisfacción sexual.  Desde ese instante el lector puede percatarse que la vida de María no va a ser fácil.
María crece en un ambiente de extrema pobreza en el cual no tuvo la oportunidad de tener una infancia como la de otros niños, ya que careció de juguetes, de prendas de vestir, de zapatos y no contó con una vivienda en la que tuviera una habitación propia o una buena cama para dormir, sino una pequeña choza que debía compartir con su familia, donde tenían que dormir sobre cartones o sobre madera.
 Momentos de gran alegría para María fue cuando inició su escuela. Es en esta circunstancia en el que aparece un personaje que marcaría positivamente su vida, la maestra Tita, quien llena de ilusiones llega al pueblo de La Esperanza en el cual impartiría sus clases lejos de las comodidades a las que estaba acostumbrada, puesto que esta escuela, “si se puede llamar así” era simplemente un rancho que carecía de implementos básicos como tablero, tiza y mucho menos textos actualizados.   Aún así con gran esfuerzo y empeño, la maestra Tita animó a sus estudiantes a seguir adelante, entre ellos María, quien siempre demostró ser una excelente estudiante. Al terminar este episodio pude observar la segunda clara manifestación del machismo de Pablo (padre de María) al no querer enviar a estudiar y trabajar a su hija a la capital, limitándola así al círculo de pobreza en el cual él había nacido y crecido.
Gracias a la insistente intervención de la maestra Tita, ésta logra convencer a Pablo de que le permita a María viajar a la capital, con el propósito de estudiar y trabajar para superarse. He aquí donde el autor nos abre los ojos y podemos comparar dos mundos completamente diferentes.
María, al llegar a la capital, es recibida por Kukita, la que por un tiempo indeterminado sería su patrona e inmediatamente le dio las indicaciones que debía seguir para realizar su trabajo con eficacia. En ese preciso momento María se da cuenta de que la vida en la ciudad es un mundo completamente distinto al que ella estaba acostumbrada a vivir; de un lugar humilde que carecía de servicios básicos como  luz y agua, pasó a vivir en lo que ella consideraba un palacio debido a todas las comodidades que allí poseía; pero pronto se dio cuenta de que la vida en aquel lugar, sería un poco difícil, ya que su patrón tendía a acosar a sus empleadas lo que obligó a María a guardar distancia.
Poco tiempo después de residir en la capital, María ingresa a estudiar en un centro escolar dirigido por monjas donde logra graduarse con honores. Ella enfrenta una vez más la injusticia social cuando le pide a su patrona la autorización para continuar sus estudios en una escuela nocturna oficial, la cual es rechazada. María abrumada por la negativa de la señora Kukita se ve obligada a renunciar a su trabajo, pero a la vez inspirada por la frase que la patrona le dijo la cual en vez de deprimirla la animó a seguir adelante. Esta frase fue: “La gente pobre lo que necesita es trabajar, no estudiar.”
A medida que María estudiaba y trabajaba, abría los ojos ante las injusticias sociales que observaba cada día, la explotación de los patronos hacia los empleados, el alto costo de la vida y todos los problemas que vivir en una ciudad conlleva. A pesar de esto, María siguió estudiando y gracias a su esfuerzo logra graduarse una vez más con honores de la escuela nocturna.
Terminada esta etapa decide entrar a la universidad y enfrenta la gran decisión de su vida, ¿Qué estudiar? Con María aprendí que un título universitario no garantiza a nadie salir de la pobreza y menos tener un empleo bien remunerado.
María entra a la vida universitaria donde conoce otro mundo y se percata del tráfico de influencias y la politiquería. En la universidad María conoce a un joven que le atrae mucho para tristemente darse cuenta que este joven solo tenía motivos religiosos para acercarse a ella. El autor, a través de toda la obra, nos presenta lo que puede ser la religión para una persona. Para María, en su infancia la religión fue la que le permitió tener un nombre ya que la fe de bautismo era la única constancia de su nacimiento, posteriormente vimos como las monjas donde estudió María, trataron de atraerla para que perteneciera a su congregación y ahora en la universidad, era la candidata perfecta para pertenecer a un grupo religioso y ganar adeptos. La protagonista se debate entre sus creencias y la realidad que vive cada día.
En la vida universitaria, María conoce a Teresa y es aquí en donde puedo comparar las dos situaciones de encuentro sexuales que nos narra el autor. El primero, la concepción violenta de María en donde Juana, madre de María, es forzada a una relación sexual que tuvo sus consecuencias, pero a pesar de la extrema pobreza en que vivía Juana y al futuro incierto, ella opta por darle vida a ese nuevo ser que llevaba en las entrañas: María. Por otro lado, Teresa, muchacha joven y bella, con una posición económica estable y que, por situaciones de ignorancia, mantiene relaciones sexuales con un hombre machista y quien no valora la vida humana.  Contrario a Juana, Teresa toma la equivocada decisión de no traer su hijo al mundo lo que le provoca la muerte.
A través de los trabajos de María podemos percatarnos que, a pesar de ser ambientes diferentes, las situaciones económicas eran similares, ya que en su trabajo como vendedora, sus compañeros pasaban hambre para ahorrar lo poco que ganaban para poder cubrir con sus necesidades básicas; en cambio en su trabajo en una institución financiera podemos observar cómo sus nuevos compañeros se limitaban de sus necesidades esenciales para llevar una vida que no iba acorde con su salario.
Quiero concluir mi comentario con dos importantes temas: La superación y la pobreza. En nombre de ellos, es una clara muestra de que cuando existe el deseo de superación se puede salir adelante a pesar de los obstáculos. Lo vemos claramente reflejado en la vida de María y de su hermano Pedro, quienes con mucho esfuerzo y sacrificio lograron salir de un ambiente marginal y abrirse camino, paso a paso, hasta alcanzar las metas deseadas.
El tema de la pobreza es analizado desde dos puntos de vista. La pobreza vista por los que nunca han sido pobres y la pobreza percibida desde la perspectiva de los que la viven a diario. Para tal efecto, el autor nos describe dos mundos diferentes, los cuales entrelaza para que el  lector pueda percatarse de la realidad de las injusticias sociales. Así quienes hablan de solucionar este problema nunca han sabido lo significa acostarse con el estómago vacío. Hablar de hambre no es lo mismo que sentirla.  ¿Cómo se puede hablar de hambre  mientras se degustan exquisitos platillos?
Esta novela nos lleva a cada uno de nosotros a reflexionar que la pobreza no es solamente carecer de dinero o de bienes materiales. La pobreza también es mental y que mientras esta persista, nunca podremos salir adelante y seguiremos siendo manipulados por los sectores políticos, religiosos o sociales según su antojo. En nombre de ellos es una invitación a conocer la sociedad panameña, más que una novela, es una realidad.























MEDUCA. NOTA DE PRENSA. CONCURSO DE REDACCIÓN SOBRE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ


     El Ministerio de Educación a través de la Red Nacional de Profesores de Español (REDNADE) y La Cámara Panameña del Libro, organizaron el Concurso de Redacción: “Gabriel García Márquez, un legado de Hispanoamérica a las Letras Universales” en el marco de la conmemoración del trigésimo aniversario de la sabia decisión de la Academia Sueca de conferir el Premio Nobel de Literatura a este insigne escritor.
     La realización del mismo, tuvo como objetivo motivar a la juventud panameña a valorar el inigualable legado de este hijo de nuestra patria grande; así como desarrollar el hábito por la lectura y la creación literaria como medios para fortalecer la competencia integral de cada individuo.
   Los afortunados de ganar este concurso fueron: por el tercer lugar la provincia de Coclé, la estudiante Erika Nelson con el seudónimo Luz del Día de la escuela Nocturna Oficial de Penonomé; el segundo lugar de la provincia de Colón,  el estudiante José Betancourt con el seudónimo José de la Paz del colegio Bilingüe Eben Ezer y el primer puesto fue para la Provincia de Los Santos con la estudiante Selma Villarreal con el seudónimo Míster representante del Colegio Manuel María Tejada Roca.
     Selma Villarreal ganadora de este concurso expresó: “me siento muy contenta de participar en este concurso porque es un privilegio y una experiencia hermosa, ya que las obras de Gabriel García Márquez reflejan mensajes de la realidad y también incentivan a la juventud para que lea y practique redacción que es muy importante para el futuro de nosotros los jóvenes”.
En representación del Ministerio de Educación asistió la viceministra Mirna de Crespo, la misma felicitó a los estudiantes por tener ese nivel bueno de redacción y también los incentivó a que recuperen el amor a la lectura con la redacción y la literatura por medio de la investigación.
El empeño, la dedicación y el esfuerzo de cada estudiante se vio plasmado en sus redacciones, las cuales demuestran que nuestro país cuenta con investigadores talentosos que plasman, mediante la pluma y el papel, un cúmulo de conocimientos y aportes significativos para las presentes y futuras generaciones.


RUFINA ALFARO: ¿Existió o no existió?



     Me preocupa mucho la forma como la gente se entretiene en discutir cosas sin sentido, en darle importancia a las formas obviando los contenidos. "Infinitus numeros stultorum est", nos enseñan las escrituras: (infinito es el número de los idiotas).
     La gente anda preguntando si Rufina Alfaro existió o no. Si dio o no el Primer Grito de Independencia de la Villa de Los  Santos. Se preguntan porqué su nombre no está registrado en los archivos parroquiales de la Iglesia de Atanasio; etc.
     Pocos, sin embargo, se dan cuenta del significado simbólico que Rufina Alfaro tuvo no solo para los santeños, sino para todos los panameños en general.
     Las interrogantes son fáciles de aclarar, si es que uno quiere ubicarse en las filas de los preguntones sin fundamento: Rufina Alfaro sí existió, aún en Las Peñitas hay vestigios de su paso por el mundo.  En efecto dio el Primer Grito de Independencia en la Villa de Los Santos, se sentó, en el cabildo, justo frente al coronel Segundo de Villarreal.  Su nacimiento no está registrado en los archivos parroquiales, porque al cura, el día del bautizo se le acabó la tinta y su deceso no se registra, porque el cura había tenido que viajar a España porque su mamá estaba enferme.
     Son respuestas tan sin sentido, como sin sentido son las preguntas. Es como aquellos que aún andan preguntando si Cristo vino o no a la tierra, si resucitó o sus amigos se robaron el cadáver.  Me pregunto ahora, ¿acaso lo importante no es la influencia que ha tenido sobre la humanidad en los últimos dos mil años?
     Rufina Alfaro, independientemente de si existió o no, es un ícono incontrastable, indubitable de la nacionalidad panameña, que ha sido forjada con sangre, con luchas de un pueblo que no pierde las esperanzas en un mañana mejor.
    Es simple, mi apreciado lector, Rufina Alfaro, cuestionen lo que cuestionen las encarnaciones de Santo Tomás que, sin atreverse a introducir su dedo en las llagas de nuestra nacionalidad, no sé si existió; pero sí estoy seguro de que existe.

(Las imágenes fueron obtenidas de Internet).
La estatua del Parque de la Villa de Los Santos (muy parecida a las formas existentes en la Academia de Florencia (Italia), hechas por Miguel Ángel, no simboliza a Rufina Alfaro; simboliza a la libertad. Acaso no es posible ver, a la forma tratando de escapar de la roca? ¿Acaso no es el recurso usado por Miguel Ángel en sus esculturas inconclusas?

sábado, 10 de noviembre de 2012

EN NOMBRE DE ELLOS, UN APRENDIZAJE PARA LA VIDA



Laura González
IX° D
Colegio Manuel María Tejada Roca

Laura González
            La lectura de la novela En nombre de ellos de José Chen Barría me ha llevado a una profunda reflexión, después de la cual tan solo necesito una palabra para describir el mundo que presenta el relato: realidad. Realidad porque la temática desarrollada en la novela es lo que ocurre en el mundo todos los días, ya sea en América, en Europa o en cualquier lugar.
 La pobreza tanto económica como mental  son fenómenos que abundan en el hombre de hoy. La pobreza económica se multiplica;  sin embargo,  es la pobreza mental  la que  afecta a las personas sin visión, sin imaginación, sin deseos de ayudar, sin una idea por la cual vivir, personas que solo se tienen en mente a sí mismos; personas como éstas hacen del mundo un lugar menos equilibrado.
También están las personas que ya sean o no pobres económicamente, tienen todo aquello que he dicho sobre lo que les falta a otros, porque no se trata solo de ayudar a los demás y de ser una buena persona, sino de superarse uno mismo, pensar en llegar a la cima, en cambiar el mundo, en hacer historia, en dejar un legado, de eso se trata cuando hablamos de  escapar a la pobreza mental.
Cuando hablo de intentar escribir una nueva historia o de cambiar el mundo para que sea más justo, no me refiero a que sea masivamente; en realidad mis ideas se enfocan a intentar de influir de esta forma en la vida de las personas que nos necesiten.
 En la novela En nombre de ellos, José Chen Barría nos presenta, por una parte la vida de esta chica llamada María y por otra la de los políticos y altos personeros adineradas. Dentro de estos dos temas, encontramos una clara imagen del ámbito social y  económico del país.  Dentro del entorno social, encontramos las experiencias que experimentan los personajes, los cuales reproducen la realidad de la sociedad panameña, magistralmente descrita en la historia, pues, por un lado están los que controlan la economía, manipulan las posibilidades de trabajo los cuales, dicho sea de paso, no se obtienen de forma profesional, sino que su consecución depende del estado social o la inclinación ideológica en que estés y los contactos que se tengan.  La mayor parte de la población se ubica en el grupo de los que dependen del sector dominante.
Al hablar de la vida de María, el autor me permite descubrir la verdad de la vida, me enseña que la lucha, el estudio y la educación constituyen la única vía para lograr  un mundo mejor.  Me enseña también que  la perseverancia, la honestidad y los valores que encierra esta muchacha en su personalidad son su mayor riqueza; ella demuestra no tener ni una pizca de pobreza mental, porque tenía una meta y algo por qué vivir.
Al leer sobre su vida aprendí que no solo se trata de pensar en quién puedes ser y lo que puedes hacer, se trata de hacerlo o, por lo menos, de intentarlo. Encuentro interesante la idea de que sea posible que una persona viniendo de una familia que era ignorante, no porque así lo quisieran, sino porque no tuvieron las oportunidades.  A pesar de sus circunstancias, María  demuestra  un pensamiento admirable frente el mundo.
Esto nos demuestra que somos lo que somos desde que nos conciben; es  decir esto no significa que las personas a nuestro rededor no influyan en nuestras vidas, claro que si lo hacen, pero interpretamos lo que nos digan, de acuerdo a cómo somos.
Encontramos el ejemplo de la religión, que dice que debemos ser pobres para llegar al reino de Dios, esto influye mucho y de forma negativa en las personas, pero es una frase que la mayoría de las veces es malinterpretada por las personas y provoca que se limiten.
 Al hablar de los personajes en general, los mismos son personas con las que cualquiera se podría identificar, ya que tienen actitudes muy comunes en la vida panameña. A l ver la vida de los políticos y personas adineradas presentes en la historia, encontramos una imagen contraria al cien por ciento en comparación con la vida de María. Personas interesadas solo en el dinero, en las apariencias y en el qué dirán, eso sí es pobreza mental. Cuando nos presentan a estos personajes podemos notar la abundancia de presuntuosidad en el área y de hipocresía en cuanto a los demás y a sí mismos. Otro aspecto digno de comentar  es que personas como éstas se engañan ellos mismos al aparentar ser quienes no son en verdad.  esto también afecta a los demás ya que al fin de todo, todos viven en una mentira.
Esto se demuestra al leer sobre el proyecto Millenium y la forma en que el presidente de la república lo presentó  al haber organizado una actividad tan lujosa para un proyecto que debido a su irresponsabilidad y ambición hacia el dinero y no hacia la ayuda que podría haber dado a millones de familias de bajos recursos, fracasó.
Después de haber leído esta novela, pude entender que la vida no se trata solo de buscar un empleo, ni de hacer dinero; se trata de superarse uno mismo como persona y, tal vez, influir en los  demás para crear  un mundo en donde los demás puedan vencer su propia realidad promoviendo un ambiente de justicia.
         

jueves, 8 de noviembre de 2012

A NOVENTA AÑOS DE LA PUBLICACIÓN DE NIEBLAS DEL ALMA


     Melquiades Villarreal Castillo
(El 14 de junio de 1948 fallece Zoraida Díaz, primera mujer que publicó un libro de versos en Panamá).
Zoraida Díaz (1880-1848). 
1922  fue el año que vio aparecer el primer libro de versos de una mujer panameña, la maestra tableña Zoraida Díaz Chanis, quien tuvo la dicha ver publicada su obra Nieblas del alma (Panamá, Talleres Gráficos de El Tiempo).  
Importante me parece destacar el hecho de que esta publicación hubiese carecido de fundamento, a no ser que – como en efecto es – los poemas publicados son de alta calidad literaria.
Aparte de Nieblas del alma, Zoraida Díaz publica Cuadros en 1937, obra que tuvo un gran recibimiento por la crítica, por la novedad temática dentro de la poesía panameña, además del uso de un lenguaje cristalino y vehemente que logra una plena interacción comunicativa entre el sujeto lírico y el lector.
         Acerca de los rasgos biográficos de la poetisa tableña, tenemos que Zoraida Díaz nace en Las Tablas el 10 de marzo de 1880.  Lleva una existencia cargada de pesadumbres y tormentos desde muy temprana edad. Sus desengaños los experimenta tanto en el plano personal como en el profesional. En este último aspecto, se le impidió (en más de una ocasión) ejercer su profesión de maestra por discrepancias políticas.
         En el plano personal, perdió a su compañero en tres ocasiones distintas, pues –repito– sus días estuvieron teñidos por el virus del infortunio.  Eleazar Escobar, su primer cónyuge muere en la Batalla de Tonosí durante la Guerra de los Mil Días. Pasado un tiempo, pierde a su hija.
         Después, la poetisa contrae nuevas nupcias, esta vez con el comerciante español Pedro Ross, quien, al poco tiempo, enferma gravemente y muere, dejándola una vez más sumida en un gran aislamiento. 
Posteriormente, la poetisa se casa con el ruso Mendel Stronn, quien también fallece al poco tiempo.
Zoraida Díaz deja este valle de lágrimas, víctima de un derrame cerebral el 14 de junio de 1948.
En lo que a su quehacer literario se refiere, nos encontramos con que uno de los juicios más halagadores que Rodrigo Miró emite sobre un poeta panameño se lo dedica a Zoraida Díaz, cuando manifiesta:
“Si Amelia Denis es la poetisa de la Generación Romántica.  Si Nicole Garay formó parte de las filas de los modernitas, Zoraida Díaz pertenece a la generación que irrumpió recién creada la República…  fue la primera mujer panameña que publicó un libro de versos.  Eco fiel de su verdad, la verdad de una mujer maltratada por la vida, se nutre este libro de una poesía doméstica. Sin embargo, en algunos momentos alcanza auténtica calidad.” (MIRÓ, 1953.)
La poesía de Zoraida Díaz  se particulariza por un abismal acento de desdicha, que exterioriza los anhelos malogrados de una mujer soñadora, deseosa de una vida llena de júbilo, tal como lo manifiesta en el poema Deseos:
“¿En dónde estás alma mía
que no te puedo encontrar
ni en el cielo, ni en el mar
ni en mi contante agonía?

Quiero ser rosa… botón:
ser celaje, rosicler,
ser todo… menos mujer
con memoria y corazón.”

  En el enigma de la primera estrofa, el yo lírico (una mujer perceptiblemente), insinúa ansiedad por la existencia, por reunirse consigo misma, pues no logra aliviarse de los naufragios sensitivos experimentados en su vida por su temperamento femenino.
El poema resulta mucho más seductor si nos detenemos a reflexionar que el héroe poético ha rastreado su propia identidad en el éter y en el mar, que no en la tierra, que es donde se supone que debe encontrarse.
La pesquisa resulta muy efusiva su la avizoramos desde la óptica suplicante, que la distribución de la estructura sintáctica del poema tolera. La misma utiliza como pedestal el uso contumaz de la conjunción “ni” para desmentir la realidad, el hallazgo con su propia esencia, pues el subterfugio engendra la probabilidad de abundantes alternativas fallidas.
         Resulta de sumo interés la segunda estrofa que es un diáfano ingrediente referido a la poesía feminista.  El sujeto lírico concluye que su aflicción no se debe a ninguna causa interna ni externa, sino escuetamente a su condición de mujer.
         El poema es un sonetillo (especie de soneto compuesto en versos octosílabos); es decir, versos de arte menor, con lo cual, quizás, Zoraida Díaz quiera indicarnos el vasallaje de la mujer frente al varón, a quien, de acuerdo con nuestra presunción, el hablante piensa que se le reserva el uso privilegiado de la versificación de arte mayor.
         Las dos estrofas finales resultan sumamente atractivas, por lo menos desde el punto de vista semántico:
         “Ser ola muerta en la playa,
         ser rosa que se desmaya
         después de vivir un día.

         Ser toda yo pensamiento
         y disolverme en el viento
         en busca tuya, ¡alma mía!”
        
         Ciertamente, se percibe la influencia de Rubén Darío, pues se transcriben –casi literalmente– versos del vate nicaragüense: “la rosa que se desmaya” nos recuerda el verso “se desmaya una flor” en Sonatina y el anhelo de ser otra cosa evoca el poema Lo fatal, pues el héroe lírico envidia la singularidad indiferente de la piedra para rehusar la angustia.
         Existe, además, un rejuego léxico que sirve como disimulo al yo poético, para rastrear la exploración de su propia esencia en los versos precedentes, pero en busca del ser amado, en el verso último, lo cual se sustenta a plenitud mediante el uso de la ambigüedad semántica.
         Las páginas de Nieblas del alma tienen ribetes románticos, flanqueados por cristalinos matices modernistas.  Es indiscutible, pues, que lo sensiblero emana del apego del yo poético por descubrir la beatitud, eludiendo el nimbo del desconsuelo que la custodia como secuela de sus infortunios amorosos.    
El componente modernista, por su parte, se dimana, del discernimiento de la corriente literaria que estaba en boga en su época, por lo menos en Panamá, aunque ya en otras latitudes se le había torcido el cuello al cisne daríano.
Nieblas del alma es una obra que se escinde en tres partes, cada una de las cuales detenta rasgos inconfundibles.  La primera se titula Nieblas  y se compone de once poemas de motivo diverso; la segunda, a nuestro criterio, la mejor lograda, se titula Sonetos y se compone de siete poemas (recuérdese que de acuerdo con nuestro código cultural el siete es el número de la buena suerte). Es digno resaltar el hecho de que en esta sección se encuentra el poema Deus dedit, Deus abstutit, que, de acuerdo con nuestro sentido común, es el mejor elaborado por Zoraida Díaz. A continuación, se transcribe un fragmento del mismo:
¡Señor! Él era justo y abnegado
con tu amor y mi amor llenó mi vida
y dio paz a cada alma adolorida
y fe y consejo a cada descarriado.

Por defender tu nombre fue soldado
y en lucha desigual enardecida
cayó por siempre con la frente herida
en un gesto de clásico cruzado.”

El referente de este poema es transparente, por lo menos para los que conocemos los rasgos biográficos de la autora. Los versos están dedicados al Capitán Eleazar Escobar, su primer esposo (muerto en la Batalla de Tonosí).  Escobar era conservador, factor del cual se sirve la poetisa para casi santificarlo al compararlo con un cruzado (soldados que defendieron la fe cristiana en siglos anteriores), pues Escobar muere como conservador, salvaguardando también la fe de Cristo.
El vocativo señor  evidencia, de forma inmediata, la alusión al soliloquio muy íntimo, por cierto, entre el héroe lírico y la persona divina, donde el primero expone las cualidades del sujeto, sugiriendo –de manera velada– un premio celestial, para su hombre, quien está adornado con adjetivos lisonjeros, tales como justo y abnegado y clásico cruzado.
Los verbos copulativos reiteran la naturaleza adjetiva de las expresiones supraseñaladas. Por  otro lado, el sujeto deposita sus acciones en elementos tales como paz, fe y consejo, los cuales recaen en objetos indirectos caracterizados por el sufrimiento, tales como: a cada alma adolorida, a cada descarriado.
La petición de salvación para el ser amado, reitero, es un mensaje subliminal, por el simple hecho de haber muerto como mártir y testigo de la fe cristiana.
Uno de los últimos poemas de Zoraida Díaz Resurrección es dueño de un profundo estoicismo cimentado en la fe cristiana, en la esperanza de un mundo mejor, especie de nirvana ajeno a todo sufrimiento.
El poema se caracteriza por un hálito de resignación, de fe y, sobre todo, demuestra el profundo aprendizaje obtenido por el héroe lírico a través del padecimiento que, de acuerdo con los cristianos, purifica el alma.
El texto evoluciona de manera transparente, en torno a un eje ascendente que se nutre de esperanzas:
Tras el oscuro velo de la ausencia
yace escondido el alma de un recuerdo
de un recuerdo que dice a mi conciencia
que pronto volverás… que ya no te pierdo.”

         El poema vislumbra la búsqueda del ser amado.  Es, además, sinónimo de la soledad vivida por la autora, del temor a la misma, y del anhelo de vencerla, lo cual se evidencia en el último verso a través de la conformidad delirante, cimentada en la fe que el amado pronto volverá.
La segunda estrofa, por su parte, de manera contrastante, es un canto a la conformidad:
“Yo siento palpitar junto a mi vida
la tuya… y en un loco desvarío
con el alma enlutada, entristecida
recordando tu imagen me extasío.”
El intertexto de Manuel Acuña “en un loco desvarío”; empero, puede ser una pieza clave para interpretación, pues decodifica el mensaje textual, concluyendo que la conformidad es un insano desatino.
La tercera estrofa sí contiene un mensaje esperanzador:
“Pues sé que cuando suene allá en los cielos
la voz de los clarines celestiales
tendrán fin mis angustias, mis anhelos,
y entonaré de nuevo mis cantares.”

El matiz alentador encuentra su más sólido basamento en la muerte, la cual –como es potable inferir del texto– traerá una nueva vida, donde la angustia carece de espacio; es decir, un sitio paradisíaco donde el yo poético podrá entonar sus canciones, cánticos de felicidad, muy diferentes a sus panegíricos al martirio que hasta entonces había promulgado a lo largo de la existencia.
La cuarta estrofa es una reafirmación del campo semántico sustentado en los versos anteriores:
“Cantares dulces, tiernos, melodiosos
que llevarán a tu alma desolada
el reflejo de tus tiempos más dichosos
y la expresión de mi alma enamorada.”

Excluyendo el adjetivo desolada, que es como se siente el alma del enamorado, todos los adjetivos presentes en la estrofa, significan felicidad: tiernos, melodiosos, dichosos, enamorada.  Esta concepción de la vida se genera a partir de la certeza de la resurrección del amado:

“Y tú revivirás. ¡Es imposible
que al escuchar mi voz y mi gemido
aún permanezcas mudo e insensible
en tu glacial reposo sumergido!”

En estos versos, volvemos a notar la inseguridad originada por la nulidad que sufre el ser humano ante la presencia de la muerte.  Sin embargo, el yo poético expone su fe en la resurrección de la persona amada, quien no puede continuar indolente frente a las muestras de amor y de sufrimiento padecidos por el hablante.  Así, cuando el amado despierte del sueño de la muerte:
“Vendrás a mí, lo sé, y en este instante
he de mirar ansiosa que surgiste
en medio de las sombras, siempre amante
¡las sombras, en que envuelto te perdiste!

En el instante de la resurrección del ser amado, lógicamente, se acabarán los tormentos y, sin ellos, el hablante logrará la apetecida complacencia:
“Entonces cantaré, cual la avecilla,
que allá en el seno de la selva umbría
entona su canción dulce y sencilla
cuando anuncia la aurora del nuevo día.”

Esta última estrofa tiene inherente el concepto de la felicidad máxima, que se desprende de la comparación del yo poético con una avecilla que canta en la selva umbría, que dicho sea de paso es una imagen de Dante.
En conclusión, Nieblas del alma es un poemario maravilloso, a tono con la producción literaria de la época, que demuestra el afán de felicidad de una maestra rural que no encontró el júbilo a causa de los percances experimentados a lo largo de su existencia.  La obra es un canto a la nostalgia, con una apetencia tenaz de afinidad donde la autora manifiesta el deseo de descubrirse a sí misma.
El texto, a nuestro juicio, merecer ser reeditado, pues esta sería una forma de rendir tributo a la primera mujer panameña que publicó un libro de versos.
Finalmente, dejo claro que el autor de este artículo se sentirá más que complacido, si el pueblo de Las Tablas, rinde algún homenaje a la poetisa Zoraida Díaz, de manera que la misma sea recordada por las generaciones venideras que se pierden cada vez más en los intrincados meandros de la fatuidad y de la apariencia acarreada por un carnaval eterno que eclipsa la cultura.
                                                            Las Tablas, 8 de noviembre de 2012.

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, UN LEGADO DE HISPANOAMÉRICA A LAS LETRAS UNIVERSALES



Selma Villarreal

XII°G  Colegio Manuel María Tejada rOCA

"La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla."
       (Gabriel García Márquez. Vivir para contarla. 2003).
               
Selma Villarreal con la Profa. Érida Morales
     Hace algún tiempo tuve la oportunidad de leer El amor en los tiempos del cólera, novela muy interesante que me dejó significativos mensajes; siendo uno de ellos mi admiración por el escritor colombiano Gabriel García Márquez quien, a mi juicio, da la gran lección en un pasaje que memoricé: “La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos; gracias a ese artificio logramos sobrellevar el pasado.” Esta lección de vida  es producto de una mente abierta que tiene vigencia en cualquier sociedad o en cualquier tiempo; dicho en otras palabras es universal.
     Inspirada en el deleite de tan rica experiencia, más la asignación del estudio de la novela Cien años de soledad (obra cumbre del mismo autor) como última obra de mi bachillerato en letras; además motivada por la promesa del profesor de español en cuanto a que esta composición es más que un pasatiempo, más que una acción letrada, puesto que aviva la sensibilidad y anima el espíritu crítico, emprendí el reto de participar en este concurso de redacción sobre: “Gabriel García Márquez, un legado de Hispanoamérica a las letras universales.
    Es importante comenzar recordando que, en el año de 1982, América Latina se sintió regocijada ante una noticia que recorrió el mundo: Gabriel García Márquez había ganado el Premio Nobel de Literatura, honor que comparte en ese momento con dos chilenos: Gabriela Mistral (1945) y Pablo Neruda (1971) el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967); posteriormente lo gana el mexicano Octavio Paz (1998) y el peruano Mario Vargas Llosa (2010).  Recordemos que el premio fue instituido por Alfredo Nobel para premiar obras sobresalientes en diferentes ámbitos del quehacer humano; en este caso, la literatura.
      El Premio recibido por  Gabriel García Márquez tuvo un significado especial. Él mismo lo vio así cuando señaló: “El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía.”
       Ahora bien ¿qué puedo yo argumentar sobre este tema, ambicioso como el mar que todo lo absorbe? ¿Qué puedo yo decir cuando grandes escritores han señalado ideas tan profundas y geniales? A manera de ejemplo, el mexicano Carlos Fuentes, dijo: “García Márquez es un nuevo descubridor, un bautizador del nuevo mundo, hermano de Núñez de Balboa y Fernández de Oviedo, de Gil González y Pedro Mártir, en la tarea interminable de darle nombre a América”;  Mario Vargas Llosa sostiene que esta obra logra: “mostrar que también ese dominio de la materia de esta ficción aspira a la totalidad, a abrazar todos los niveles de esa dimensión, como en el caso de los materiales real objetivos.”
     Anteriormente, el poeta nicaragüense, Rubén Darío se había convertido en el único escritor hispanoamericano que había logrado llegar al público europeo con el movimiento que él mismo denominó modernismo; sin embargo, ahora Gabriel García Márquez, hace un aporte invaluable a las letras universales, valiéndose de sus experiencias de vida y la de su familia para crear una nueva saga, que puede ser la historia de cualquier pueblo del mundo. 
     ¿Cuál es el aporte de Gabriel García Márquez a las letras universales? ¿Por qué  su obra es un legado de Hispanoamérica? Son los dos interrogantes que trataré de aclarar a continuación.
    En primer lugar, recordemos que América fue concebida de manera equivocada, pues cuando Cristóbal Colón llegó a estas tierras en el año 1492 pensó que había llegado a las Indias Orientales y nos llamó indios, porque pensó que se encontraba en las Indias. Este error ha conllevado una serie de consecuencias que conducen al hecho de que Hispanoamérica nunca haya sido comprendida en toda la magnitud de su realidad.
  En segundo lugar, hay que reconocer que Hispanoamérica se mostró demasiado bondadosa para los españoles en particular y para todos los europeos en general; pues aquí el clima es tan favorable que los alimentos se consiguen fácilmente, pues ni el frío del invierno los congela ni el calor del verano los evapora. La belleza hispanoamericana también cautivó a los europeos quienes nunca lograron comprender tantas maravillas, impensables en su medio tan fructífero, producto del clima tropical; a diferencia de la naturaleza del norte que padece las inclemencias de las cuatro estaciones.
     García Márquez supo comprender y aprovechar estas dos condiciones para crear una obra universal, a diferencia de tantas otras que se contentaban con plasmar una realidad parcial. A manera de ejemplo, Cien años de soledad se desarrolla en Macondo, que es un pueblo imaginario que tiene como característica la posibilidad de que puede ser cualquier pueblo hispanoamericano, porque a todos se parece.
     Asimismo, García Márquez sabe aprovecharse de lo cotidiano para crear sus historias, a diferencia de otros escritores, quienes en la búsqueda de lo universal, se han ahogado en las aguas de la simpleza.  Allí siento yo que esta la esencia de su legado, que por ende es hispanoamericano a las letras universales. Admira la historia de amor de sus padres y escribe El amor en los tiempos del cólera; inmortaliza un crimen por honor en Crónica de una muerte anunciada; de las peripecias de su abuelo, el coronel Nicolás Márquez en espera de una jubilación que nunca llega, surge El coronel no tiene quien le escriba; y, la obra que lo inmortaliza al colocarlo al nivel de Cervantes con El Quijote; me refiero a Cien años de soledad, es el producto de muchas vivencias. Por ejemplo, el éxodo de José Arcadio Buendía hasta llegar a Macondo tiene su origen en el hecho en el cual el Coronel Nicolás Márquez (abuelo de nuestro novelista) mata en duelo a su compadre Medardo Pacheco (el 12 de octubre de 1928), personaje que aparece en la novela bajo el nombre de Prudencio Aguilar.  El caso del asesinato de los campesinos de de Macondo, encuentra su principio en la matanza de los campesinos de las bananeras de Santa Marta en 1928.
     Es decir, García Márquez deja claro a la literatura universal que para novelar no hay que viajar a las estrellas; pues vivimos en un continente especial, tanto por la naturaleza como por la conducta humana. América Latina es la tierra de los dictadores, quienes no tienen reparo alguno en destruir cualquier ley o valor moral o de acabar con cualquier vida con tal de mantenerse en el poder; es la tierra de una naturaleza prodigiosa, en la cual todo es posible; es la tierra de los huracanes devastadores y de las lluvias milagrosas que hacen que la tierra produzca lo necesario.
     Nuestro autor sabe aprovechar cada recurso a su mano, para construir mundos literarios de talla universal, pues, como él mismo nos señala: “Aprendí a apreciar el olfato, cuyo poder de evocaciones nostálgicas es arrasador.  El paladar que afiné hasta el punto de que probado bebidas que saben a ventana, panes viejos que saben a baúl, infusiones que saben a misa. En teoría es difícil entender estos placeres subjetivos; pero quienes los hayan vivido los comprenderán de inmediato.” He allí donde yo creo que reside el secreto universalista de este autor, quien confiesa sin remordimientos que: “En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus equívocos de la poesía, y trata de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte.”
       Y ¿cuánto al aspecto humano qué podemos decir?     
     Simplemente la obra literaria de Gabriel García Márquez sabe recoger en cada línea, en cada párrafo, la realidad hispanoamericana, colocándola en una dimensión universalista, una realidad que es manantial de creación permanente, sobre todo en regiones donde no nos conocen y tratan de vernos con los ojos con que se ven ellos mismos; y, al no poder comprendernos como pueblo hispanoamericano, nos atribuyen cualidades y condiciones maravillosas que para los que habitamos estas tierras forman parte del pan nuestro de cada día.
     Para concluir, me atrevo a afirmar, sin temor a equivocarme, que el gran aporte de la obra de Gabriel García Márquez a las letras universales, reside en el hecho de que toda la producción de este autor, en alguna medida intenta crear una sociedad más equilibrada y más sensible en la cual, como el mismo autor señala: “las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.” Sin duda alguna, es una obra cuya lectura cambia la vida de todos los lectores, pues los hace mejores personas, capaces de comprender todos los sentimientos: amor, odio, bondad, maldad, etc., los cuales son reflejados en los diferentes personajes.
     Todos estos elementos presentes en la obra garciamarquiana nos conducen a una conclusión clara: vale la pena vivir la vida y,  por qué no, Vivir para contarla, título de una  obra en la cual nos da su testimonio autobiográfico, su perspectiva acerca de su producción literaria, que es un legado de Hispanoamérica para las letras universales.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
FUENTES, Carlos (2007.). Para darle nombre a América. En Gabriel García Márquez, Cien años de soledad. (págs. xv-xxiii). Bogotá.: Editorial Diana.
GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. (1982). Ciudad Seva. Obtenido de Ciudad Seva: www.ciudadseva.com/textos/ggmnobel.htm
VARGAS LOSA, Mario. (2007.). Cien años de soledad, realidad total, novela total. En Gabriel García Márquez Cien años de soledad. (págs. xxv-lviii). Bogotá: Editorial Diana.
RAMÍREZ MERCADO,  Sergio. (2007.). Atajos de la verdad. En Gabriel García Márquez. Cien años de soledad. (págs. 529-546.). Bogotá.: Editorial Diana.
GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. (2003).  Vivir para contarla. Bogotá. Editorial: Norma.





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