EL PENSAMIENTO DE
GUSTAVO GARCÍA DE PAREDES
(GARCÍA DE PAREDES, 2011., pág.
20)
Melquiades Villarreal Castillo
La Universidad de Panamá, al igual que cualquier otra
institución humana, vive en permanente cambio al desempeñar el rol histórico
que la historia panameña le ha atribuido.
Pocas personas, conocen tanto las intimidades de “nuestra conciencia crítica de la nación”, como del Dr. Gustavo
García de Paredes, quien, durante varios periodos y, en la actualidad, lleva su
timón desde la Colina, desde la rectoría.
Para mí, entonces, es un honor compartir mi lectura de la obra
IDEARIO DIARIO con tan selecto público, en presencia de su autor, el Rector de
la Universidad de Panamá, Dr. Gustavo García de Paredes.
Este libro, misceláneo por
naturaleza, ya que toca aspectos relacionados con la Universidad y la
realidad nacional, más que perseguir impactar a través de la propaganda, busca
más bien transmitir un mensaje a la presente y a las futuras generaciones,
mensaje lleno de significantes pletóricos de significados, pues la Universidad
de Panamá, como han dicho otros panameños preocupados por el devenir de nuestra
nación, es la única esperanza que le queda a este pueblo.
La Universidad de Panamá tiene un claro compromiso con la
comunidad nacional, pacto intrínseco que ha cumplido desde sus orígenes, a
través de sus múltiples manifestaciones a lo largo de nuestra historia, pues no
hay que ser historiador para testimoniar que cada vez que el pueblo panameño se
ha visto en medio de una encrucijada histórica, la Universidad de Panamá, de
heroica forma, se ha manifestado en pro de la justicia y de los intereses de la
mayoría de los nacionales.
Por ello, García de Paredes se interpela a sí mismo,
motivándonos a cuestionarnos:
¿Universidad para
qué?
¿Universidad para
satisfacer la demanda de empleos?
¿Universidad para resolver los problemas económicos de un sector
privilegiado de la sociedad?
¿Universidad para
concentrar cuotas de poder?
Los interrogantes no
surgen al azar, son el producto de la meditación del autor, plenamente
consciente de que: “Las conductas de las
élites y las muchedumbres se han articulado hasta el punto de constituirse en
un concordato social funcional y perverso.
El tira y jala de los diversos protagonistas sociales, después de cinco
siglos de práctica, echó las bases de un concubinato escandaloso,
paterno-clientelista, del cual ninguno de los involucrados quieres
desprenderse.” (GARCÍA DE PAREDES, 2011., pág. 11)
Además, el gran problema de la sociedad panameña, es que el
panameño es un ser con ambiciones de lograr un cargo público, aunque gane poco,
con la condición de trabajar poco, a cambio de estabilidad laboral, lo cual
califica el autor como típica conducta parasitaria del subdesarrollo.
Por momentos, el texto se torna irónico en apariencia, pero al
mismo tiempo ese sarcasmo no es más que el pincel, la herramienta de la cual el
autor se vale para radiografiar la intimidad de la Universidad de Panamá. Por ello, cuando nos dice que: “Nadie
ignora que en esta Casa de Estudios unos cuantos funcionarios no producen, en
una jornada de ocho horas, ni para pagarse un café con leche, como decía un
ilustre antepasado nuestro. Y debo
decirles: Cobrar un salario y no producir es un acto de corrupción. Y esto, por supuesto, debe cambiar. Y todos,
sin excepción, debemos dar el ejemplo.” (GARCÍA DE
PAREDES, 2011., pág. 10)
Ante este y otros problemas, García de Paredes, nos invita a
todos los universitarios a cumplir, como células de un organismo con el papel
que nos compete. Pues si por dentro, la
institución confronta dificultades, no es menos preocupante la oposición que la
misma enfrenta desde afuera. Para nadie
es un secreto, que la Universidad de Panamá ha contribuido con la formación de
una sociedad pensante y que el pensamiento es un obstáculo para los intereses
de aquellos que, ignorando la justicia, lo único que hacen es salvaguardar sus
propios intereses.
He dicho ya, que Ideario
Diario toca múltiples facetas de la vida nacional. Sobre ciencia y educación superior en Panamá es uno de los primeros
tópicos tratados, con lo cual critica el actuar de muchas universidades
privadas que funcionan en nuestro país, las cuales ofertan carreras que
resultan económicamente rentables, descartando las ciencias y las tecnologías,
las cuales por su propia esencia tienen costos tan elevados, que dejan a las
universidades públicas el compromiso de asumirlas.
Por ello, sin ambages, García de Paredes, presenta una reflexión
sobre el tema, que va mucho más allá del tema tratado, y, aunque parece un
juego de palabras, retrata una realidad innegable: “La experiencia parece indicar
que existen visiones diferentes en torno a la relación de la educación
superior con el empleo. Si bien es fácil
aceptar que la educación superior tiene un valor positivo para la economía de
un país, no es tan sencillo determinar una relación causal entre educación y empleo.
Más tecnología no siempre significa más crecimiento; más crecimiento no
significa necesariamente más empleo, el cual no está ligado por obligatoriedad
a un aumento de las calificaciones académicas.”
Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1998, nos enseñó que al
estudiar una obra, jamás debemos preocuparnos por la vida del autor, porque la
vida del autor está presente en su obra.
Anteriormente, el apóstol Santiago enseñanza que: “la boca habla de lo que abunda en el corazón.” Y en el corazón de
Gustavo García de Paredes, antes que el rector de la Universidad de Panamá,
palpita el docente comprometido y el historiador acucioso.
Así, pues, en el capítulo Sobre
Panamá cien años después nos
recuerda el tristemente célebre episodio del polvorín, parafraseando a
Descartes para enseñarnos que: “Panamá
existe, luego piensa.” El fuego es
un elemento correlacionado con nuestra historia. Un fuego propiciado por el pirata Morgan
acabó con la ciudad de Panamá en 1671.
Gracias a ese episodio y al hecho de que otros panameños de la época
decidieron escapar del fuego y huyeron sin saber hacia dónde, hoy existimos los
tableños, ilustres descendientes de un grupo de hombres y mujeres que
prefirieron un éxodo hacia una tierra no prometida al compromiso de defender lo
que ya tenían. Un fuego acabó también con
la ciudad de Colón en 1885, generando un desdeñable hecho histórico en el que
fue ahorcado el Dr. Pedro Prestán, frente a la necesidad de encontrar
culpables.
El fuego del 5 de mayo de 1914 también es un hito en la historia
patria, pues ese día los panameños nos percatamos de que no estábamos
preparados para este tipo de eventos y de que era necesario prevenir, pues los
desastres siempre son posibles. Sin embargo, del mal se obtuvo una enseñanza y,
con la tragedia del polvorín, según el autor: “Como suele ocurrir en nuestros países, primero deben ocurrir las
desgracias para después encontrarles el remedio.” (GARCÍA DE PAREDES, 2011., pág. 63)
Pues, el incidente causó notables y positivos cambios en el Cuerpo de
Bomberos.
A continuación, Gustavo
García de Paredes, nos presenta tres artículos interesantísimos, amalgamados
entre sí: Democracia, sociedad y democracia.
En primera instancia, nos aclara que la democracia, a pesar de ser el
mejor de los sistemas de gobierno no es perfecto, situación que es planamente
normal, pues que el ser humano tampoco lo es, aunque sí es perfectible, al
igual que la democracia. En esto también
se percibe un aspecto positivo, pues en el momento que una especie o una
institución logren la perfección pierden la capacidad de evolucionar. Seguidamente, nos habla del carácter de la
Universidad y, recurre al pensamiento del Primer Rector, Octavio Méndez
Pereira, para decirnos: “En las naciones
débiles y pequeñas como la nuestra, sobre las cuales se ciernen los nubarrones
del imperialismo, cultura general, ciencia e investigación significan, más que
en ninguna otra, autonomía, personalidad y libertad efectivas. Por eso, consideré siempre una obra del más
elevado patriotismo la creación y la formación de nuestra Universidad. Ella constituirá, por derecho propio, por
suficiencia y por solidaridad internacional de la cultura, el más avanzado
vigía de nuestro pueblo y el más fuerte, consciente y eficaz defensor de
nuestro destino.” (GARCÍA DE
PAREDES, 2011., pág. 69) A
la vez, García de Paredes con magistral sutileza indica: “Que las políticas de gobierno no sigan siendo hijas de la imprudencia,
la improvisación y las coyunturas, como es común en el Tercer Mundo, sino producto minuciosamente elaborado a partir de la previsión juiciosa y
la planificación inteligente.” (GARCÍA DE PAREDES, 2011., pág. 70)
Ulteriormente, el autor
hace un repaso sobre la crisis de valores que confronta la sociedad panameña,
situación que, sin lugar a dudas, limita la capacidad de crecimiento del país.
Luego, toca el leit motiv
de nuestra existencia como nación: El Canal de Panamá, institución de la cual
he dicho en ocasiones diversas que si bien es cierto es que el nuestra
principal fortaleza, es también el Talón de Aquiles de Panamá ya que, como nos
dice García de Paredes: “Desgraciadamente,
es el tema secular de nuestra identidad y nuestra supervivencia. Y digo desgraciadamente, porque tratándose de
un bien, de un recurso envidiado por muchas naciones, de una opción única en el
mundo, ese mismo bien, y ese mismo recurso y esa misma opción, muchas veces
convierte a la República, con todos los panameños dentro, en marionetas de
intereses y estrategias geopolíticas muy ajenas a su voluntad soberana.” (GARCÍA DE PAREDES, 2011., pág. 83)
La visión del Dr. García de Paredes, como hombre, como
historiador, como docente, como rector de la Universidad de Panamá no se
proyecta de manera lineal, sino que intenta en cada palabra marcar un rumbo a
una nación pletórica de recursos que, sin embargo, no sabe emplear
adecuadamente. Pone su mirada en el
campo, a los ganaderos (igual a todos)
los insta a mejorar como seres humanos, a aprender a trabajar en equipo… pues
ya no les queda dudas de que la excelencia baja los costos, ahorra esfuerzos,
aumenta las ganancias y las distribuye mejor. (Pág. 89).
Asimismo, hace referencia
a la enseñanza de hechos como la Tajada de Sandía y el Tratado Mallarino
Bidlack, prevé la importancia y necesidad de ampliar el Canal para mantener
su competitividad, a la vez que lo
propone como modelo para el desarrollo humano.
La identidad no escapa a
sus preocupaciones y busca en el folclor una herramienta que propone a los
estadistas como portador de claves para lleva a cabo rectificaciones históricas
y para evitar peligros de desintegración nacional con secuelas de violencia e
inestabilidad social. (137)
Denuncia de igual forma
la corrupción que tanto daño hace a nuestra sociedad que promueve la
acumulación desmedida de riquezas, donde el delito si paga, y por la ignorancia
de algunas autoridades que desconocen que todo acto público es un acto docente.
Amable audiencia, como
veis, he venido tan solo a promover la lectura de este texto, no por caprichos
enarbolados con el afán de complacer a
nadie, sino con la convicción de que su lectura nos hará mejores panameños y
mejores universitarios, que nos impelerá a cada uno a su manera a aportar
nuestro grano de arena, para formar el Panamá que todos soñamos.
Las Tablas,
25 de mayo de 2012.
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