martes, 14 de diciembre de 2010

REVISTA MAGA N°53: 20 AÑOS SON VEINTE AÑOS...

Melquiades Villarreal Castillo
En medio del bombardeo de la publicidad comercial que nos agobia, todos, en algún momento, hemos escuchado el mensaje de una institución bancaria que reza: “seis meses son seis meses.” Hoy, en una sociedad que manifiesta una indiferencia casi generalizada hacia la cultura, puedo afirmar que me siento orgulloso de presentar ante ustedes la edición N°53 de la REVISTA MAGA, con la cual se conmemoran veinte años de su nacimiento. Ante este hecho, y en tan singular contexto, el cual no tiene precedentes hasta donde tengo conocimiento; nosotros, los que amamos las tontadas del alma, podemos entonar, a una sola voz, un himno de alegría que espero que germine en la conciencia colectiva de la sociedad panameña presente y por venir. Señores, 20 años son veinte años…
En este mismo orden de ideas, debo hacer un reconocimiento a la mente que ha hecho posible esta celebración con fe inquebrantable en las letras panameñas, un soñador. Me refiero a Enrique Jaramillo Levi. Felicidades, Enrique. Has tenido un sueño y has gozado la dicha de ver su cristalización a lo largo de dos décadas.
MAGA, desde sus orígenes, cobijó bajo el calor de su seno muchas quimeras esparcidas en medio de las páginas de sus números iniciales. Muchas de estas utopías se han concretado en realidades significativas en el devenir cultural de nuestro país.
A mi juicio, la materialización más elocuente de estas ilusiones es la aprobación d ela Ley N°14 de 7 de febrero de 2001, mediante la cual se crea el día del escritor panameño y de la escritora panameña. Cabe señalar que este éxito se logra a través de la participación directa de la Universidad Tecnológica de Panamá. En el periodo de gestación de la idea, se pensaba en el 5 de noviembre como fecha perfecta, por coincidir con la fecha de nacimiento de Ricardo Miró; empero, como resultado de la apatía de los gobiernos y de las instituciones estatales que ignoraron durante varios lustros la propuesta, dicha fecha se conmemora el 25 de abril en recordación del natalicio de Rogelio Sinán.
Una cualidad de MAGA, a lo largo de su historia, ha sido su fe en los talentos desconocidos; ha abierto sus páginas a muchos poetas, cuentistas, ensayistas, críticos; en fin, escritores en ciernes que han experimentado en MAGA la delicia de la primera publicación.
La versión N°53 de MAGA no podía ser menos espléndida por lo que amalgama el genio de Cortázar con el talento de nuevos escritores nacionales. En la portada, observamos a través de la mirada triste y esperanzadora del autor de La vuelta al día en ochenta mundos que, desde el pétreo presente de la fotografía, nos remonta al pasado, veinte años atrás cuando (días después de su deceso) en Panamá, se publica el primer número de una revista literaria que heredaría el nombre de uno de los personajes de Rayuela. Nos referimos a la Maga. No obstante, la misma mirada escrutadora se constituye en un hálito de vida y esperanza, como diría Darío, que nos coloca su proa quimérica hacia el futuro.
Cada una de las secciones que componen la revista, son fieles reflejos de la calidad exigida. El segmento dedicado a recordar a Julio Cortázar incluye una completa cronología del autor, lo mismo que dos de sus cuentosDeshora y Cuello de gatito negro y su ensayo: Del cuento breve y sus alrededores, culminando con una reflexión que Rogelio Sinán hace sobre el autor.
En la sección Miscelánea, Enrique Jaramillo Levi nos habla sobre el talento narrativo de Érika Harris. Asimismo, encontramos prosa (cuentos o ensayo) de Carlos Fong, Ana María Camargo, Pedro León Carvajal, Miguel Rico Varadé, Porfirio Sánchez, Otto Raúl González y poemas de Alexander Zánchez.
El lector tiene, además, la oportunidad de apreciar muestras de relatos de tres nuevas cuentistas panameñas: Marisín González, Érica Harris y Marisín Reina. Del mismo modo, se dedica una sección al Premio Nacional de Cuento José María Sánchez, auspiciado por la Universidad Tecnológica de Panamá y que, en su última versión, fue ganado por Eduardo Soto Pimentel.
La sección Taller, acostumbrada en MAGA, contiene textos de Lupita Quirós Athanasiadis, Roberto Reina, Isabel Herrera de Taylor y Enrique Noel M.
En la sección reseñas, en la cual se da cabida a la lectura que se hace sobre diversas obras que ven la luz, encontramos textos críticos interesantes: La mirada oblicua de Ángela Romero Pérez; tributo de la crítica española a la narrativa panameña; de Irina Ardila, A ese y al otro lado del espejo. Resignaciones y huidas en El escapista y demás fugas de Carlos Wynter Melo de Biviana Castro Ramírez y Vida en la palabra, vida en el tiempo, texto crítico sobre la obra del mismo nombre del poeta y ensayista Salvador Medina Barahona, escrito por Juan Antonio Gómez.
He leído muchos ejemplares de MAGA y nunca he encontrado en ella la estructura circular propia de la cosa acabada. El ejemplar que hoy presentamos no se constituye en una excepción y, por ello, en la sección Papeles de la Maga, percibimos la confianza de un mejor futuro para las letras panameñas, una horizontal orientada hacia el porvenir. En esta sección, se nos presenta la realidad prometedora del Diplomado en Creación Literaria, 2003; Enrique Jaramillo Levi nos habla de Señales prometedoras y se anuncian las Bases del Concurso Maga del Cuento Breve.
Como hemos visto, la revista que hoy presentamos es un documento rico e interesante en sus ochenta y cuatro páginas que, quisiera Dios, que sean aprovechadas en su totalidad intencional. Brindemos por estos veinte años y auguremos un mañana prometedor a Maga, a las letras panameñas y a las semillas de escritores que en un día no lejano sabemos que nos colmarán con los frutos de su creatividad.
Instituto Profesional y Técnico de Azuero, 30 de marzo de 2004.

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