Llover sobre mojado es lo que voy a hacer en este
artículo. Los medios de comunicación
social, sin el mínimo asomo de misericordia, bombardean la mente colectiva de
nuestra sociedad con información dañina, ya no con fines comerciales, sino que
me atrevo a asegurar que usureros.
Si a noticieros vamos, los mismos están plagados de
información negativa (que si bien es cierto existe) está matizada con la cruel
carga semántica de los adjetivos, cuyo fin último persigue manipular
conciencias. Todo lo manejan como si fuera un deporte, acompañado con las
técnicas de las telenovelas. Así, por
ejemplo, si de elecciones primarias de los diferentes partidos, se habla, los
medios de comunicación no lo hacen de manera objetiva, sino que colocan a los
contrarios como dos gladiadores en el Circo Romano, para ver quién se alza con
una victoria –gracias a dios no teñida con sangre– aunque sí con los múltiples
colores de la enemistad y la división.
Las telenovelas son verdaderos manuales de maldad que llega
sin óbice alguno a todos los estratos sociales: Hace poco vi, en una
telenovela, a una mujer utilizar una
motosierra para extraerle el corazón a su padre, como si fuera poco lo aderezó,
lo coció y disfrutó el rico bocado de músculo cardíaco que palpitó fuerte
mientras ella era concebida.
A los días, nos sorprendimos de que un nieto, en alguna
parte del país, mató a su abuela. Las motosierras que no solo se usan para deforestar,
volvió a salir en manos de otra mujer con el fin de destrozar a una de sus
muchas víctimas. ¿A dónde nos llevarán los medios de comunicación? ¿Qué hace la
Junta de Censura? ¿Quo Vadis, Panamá?
Recordemos que se peca de pensamiento, de palabra, de obra y
de omisión. Por lo menos, al colgar esta información siento que liberó mi alma
del silencio cómplice (del que participa la sociedad) al no poner freno a los
macabros mensajes de los que se valen nuestros medios de comunicación para
continuar destruyendo una sociedad en crisis.
LO felicito, tremendo articulo, créame, que en algún momento la sociedad va a entender que la información forma parte del intelecto humano y no de medio divisor de la sociedad.
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