Nigma
García Arámburo
La novela En nombre de ellos de José Chen Barría es una gran lección, porque
nos obliga a reflexionar, porque nos hace identificarnos con nuestra realidad,
porque nos lleva a meditar sobre los engaños a los que ha sido sometida la
sociedad por los que más tienen. Hablar
sobre pobreza, siempre es embarazoso y aterrador, puesto que ver los niveles
tan difíciles en que les toca vivir a los desposeídos, no por su voluntad sino
por la mala distribución de la riqueza, conduce, en no pocas ocasiones a la
indiferencia colectiva para acallar conciencias. Los índices de pobreza son
cada vez más altos, no solo en nuestro país, sino también en el mundo.
He dicho que la sociedad entorpece la mejora
de la calidad de vida de aquellos a quienes, de manera antojadiza hemos acordado en llamarles pobres, ya que en
ciertos casos las personas nunca tienden a preocuparse por las condiciones en
las cuales se encuentra el prójimo.
¿Qué
es lo que hacen las personas hoy día frente a tales situaciones? En vez
de acudir con diligencia para auxiliar a alguien que sabemos que necesitan de
nosotros, el corazón de la sociedad se torna duro y prefiere distraerse en
otras cosas sin sentido, olvidando que existen personas que no tienen ni
siquiera qué llevarse a la boca, no pueden continuar estudios; es decir, ni
siquiera tienen esperanzas de poder salir del abismo social en el que se
encuentran.
Por ello, la novela de José Chen Barría es
un auténtico llamado de atención que nos permite una visión diferente. Todavía
en Panamá existen madres que mueren de parto,
aquí en nuestro pueblo hay pepenadores que rebuscan en la basura el pan nuestro
de cada día, hay niños maltratados, existe el trabajo infantil, los niveles de
delincuencia son alarmantes, al grado de que la ciudad de Panamá se ha
convertido en un verdadero peligro.
Hermana gemela de la pobreza es la
ignorancia. Sí la ignorancia. El factor social que le impide a muchos
percibirse desde la óptica de su esencia, de la igualdad del ser humano, de las
oportunidades que puede dar una educación, pues la persona educada lo primero
que abandona es su conformismo, proponiendo o creando nuevas alternativas que
le permitan salir del estatus en que se encuentra.
Sin embargo, debemos recordar el concepto
que Pablo Freyre propone en La pedagogía
del oprimido, obra en la cual se demuestra que el mayor problema social es
que el egoísmo ha estirado de tal manera sus tentáculos en la sociedad, que el
pobre no aspira a salir de la pobreza para ayudar a sus semejantes, sino que
anhela colocarse en el bando de los ricos pasa someter a los que viven en las
mismas condiciones que él.
Yo considero que la vida es un privilegio y
que por más difíciles que sean las instituciones que nos toquen vivir, siempre
va a haber algo que nos ilusione, que nos dé esperanzas y, por ende, nos
devuelve las ganas de vivir.
Muchas personas que viven en extrema
pobreza no le encuentran sentido a la vida, pero me atrevo a asegurar que
aunque piensen que todo su camino está lleno de oscuridad y frío, no es así ya
que si deciden seguir adelante y afrontar todos los caminos desconocidos,
podrán encontrar la luz y la seguridad y darle un nuevo sentido a sus vidas.
Es el caso de María, la protagonista de En nombre de ellos. No tiene nada. Ni siquiera esperanzas. Sin embargo, con la ayuda
de la maestra Tita se traslada a la capital, dispuesta a continuar estudios
secundarios y a abrirse un destino. Y,
académicamente, lo logra, pues alcanza una licenciatura; no obstante, cuando
aspira al cargo para el cual está preparada se encuentra con una realidad más
cruda: la oligarquía le cierra los caminos y le impide continuar. El final es
abierto, nos invita a pensar que María no se conforma con un revés sino que es
capaz de seguir adelante. Lo mejor de
todo, compañeros, es que María puede ser la imagen de cada uno de nosotros que
luchamos, porque tenemos fe en un mejor mañana. Por lo tanto, no me queda más
que invitarlos a leer En nombre de ellos,
porque es una novela que nos describe a todos y que, sobre todo, nos invita a
comprometernos, en el presente y en el futuro con nuestros semejantes.
Texto
leído en la presentación de la obra En
nombre de ellos en septiembre de 2007.
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