sábado, 22 de septiembre de 2012

LA POBREZA EN LA NOVELA EN NOMBRE DE ELLOS

                                                                                                                          Nigma García Arámburo

   La novela En nombre de ellos de José Chen Barría es una gran lección, porque nos obliga a reflexionar, porque nos hace identificarnos con nuestra realidad, porque nos lleva a meditar sobre los engaños a los que ha sido sometida la sociedad por los que más tienen.  Hablar sobre pobreza, siempre es embarazoso y aterrador, puesto que ver los niveles tan difíciles en que les toca vivir a los desposeídos, no por su voluntad sino por la mala distribución de la riqueza, conduce, en no pocas ocasiones a la indiferencia colectiva para acallar conciencias. Los índices de pobreza son cada vez más altos, no solo en nuestro país, sino también en el mundo.

   He dicho que la sociedad entorpece la mejora de la calidad de vida de aquellos a quienes, de manera antojadiza  hemos acordado en llamarles pobres, ya que en ciertos casos las personas nunca tienden a preocuparse por las condiciones en las cuales se encuentra el prójimo.

      ¿Qué  es lo que hacen las personas hoy día frente a tales situaciones? En vez de acudir con diligencia para auxiliar a alguien que sabemos que necesitan de nosotros, el corazón de la sociedad se torna duro y prefiere distraerse en otras cosas sin sentido, olvidando que existen personas que no tienen ni siquiera qué llevarse a la boca, no pueden continuar estudios; es decir, ni siquiera tienen esperanzas de poder salir del abismo social en el que se encuentran.

    Por ello, la novela de José Chen Barría es un auténtico llamado de atención que nos permite una visión diferente. Todavía en Panamá  existen madres que mueren de parto, aquí en nuestro pueblo hay pepenadores que rebuscan en la basura el pan nuestro de cada día, hay niños maltratados, existe el trabajo infantil, los niveles de delincuencia son alarmantes, al grado de que la ciudad de Panamá se ha convertido en un verdadero peligro.

     Hermana gemela de la pobreza es la ignorancia.  Sí la ignorancia.  El factor social que le impide a muchos percibirse desde la óptica de su esencia, de la igualdad del ser humano, de las oportunidades que puede dar una educación, pues la persona educada lo primero que abandona es su conformismo, proponiendo o creando nuevas alternativas que le permitan salir del estatus en que se encuentra.

    Sin embargo, debemos recordar el concepto que Pablo Freyre propone en La pedagogía del oprimido, obra en la cual se demuestra que el mayor problema social es que el egoísmo ha estirado de tal manera sus tentáculos en la sociedad, que el pobre no aspira a salir de la pobreza para ayudar a sus semejantes, sino que anhela colocarse en el bando de los ricos pasa someter a los que viven en las mismas condiciones que él.

    Yo considero que la vida es un privilegio y que por más difíciles que sean las instituciones que nos toquen vivir, siempre va a haber algo que nos ilusione, que nos dé esperanzas y, por ende, nos devuelve las ganas de vivir. 

    Muchas personas que viven en extrema pobreza no le encuentran sentido a la vida, pero me atrevo a asegurar que aunque piensen que todo su camino está lleno de oscuridad y frío, no es así ya que si deciden seguir adelante y afrontar todos los caminos desconocidos, podrán encontrar la luz y la seguridad y darle un nuevo sentido a sus vidas.

  Es el caso de María, la protagonista de En nombre de ellos. No tiene nada.  Ni siquiera esperanzas. Sin embargo, con la ayuda de la maestra Tita se traslada a la capital, dispuesta a continuar estudios secundarios y a abrirse un destino.  Y, académicamente, lo logra, pues alcanza una licenciatura; no obstante, cuando aspira al cargo para el cual está preparada se encuentra con una realidad más cruda: la oligarquía le cierra los caminos y le impide continuar. El final es abierto, nos invita a pensar que María no se conforma con un revés sino que es capaz de seguir adelante.  Lo mejor de todo, compañeros, es que María puede ser la imagen de cada uno de nosotros que luchamos, porque tenemos fe en un mejor mañana. Por lo tanto, no me queda más que invitarlos a leer En nombre de ellos, porque es una novela que nos describe a todos y que, sobre todo, nos invita a comprometernos, en el presente y en el futuro con nuestros semejantes.

Texto leído en la presentación de la obra En nombre de ellos en septiembre de 2007.

 

 

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