viernes, 22 de octubre de 2010

PRESENTACIÓN DEL LIBRO UNIVERSIDAD, GLOBALIZACIÓN Y HETEROGENEIDAD INSTITUCIONAL DEL Dr. JUAN BOSCO BERNAL.

Melquiades Villarreal Castillo.

Juan Bosco Bernal, educador de incuestionable trayectoria nos presenta una necesaria reflexión acerca de la realidad universitaria titulada Universidad, globalización y heterogeneidad institucional, cuyo informe debiera ser conocido a profundidad por toda la familia universitaria, de modo que exista la viabilidad de una comprensión totalizadora, espacio temporal, docente investigativa, una auténtica cosmovisión de la realidad del estudiante actual, desde la óptica de cómo se comporta y la perspectiva de cómo debiera comportarse.
La obra, introducida por un significativo epígrafe de Umberto Eco, donde demuestra la vaciedad de la búsqueda humana, la cual nunca encuentra lo buscado, se transforma en elemento fundamental para el logro del conocimiento desde el punto de vista de que, aunque no se halle lo que se escruta, siempre abre la posibilidad de una verdad por descubrir; y, en efecto, aunque la lectura que realicé al texto fue demasiado fugaz para lograr asir todas las aristas informativas ofertadas, lo cierto es que invita a una lectura más comedida libre de las presiones propias de un compromiso.
Siete capítulos componen esta obra que versa sobre la educación superior, tema sobre el cual, sabiamente nos indica que es un tema que: “… gana cada día más terreno en el ámbito de las políticas y decisiones que deben adoptar los países, frente al desafío de hacer progresas las economías, generar empleos dignos y bien remunerados y alcanzar niveles deseables de desarrollo humano sustentable para la población.”
Sobre la base de esta reflexión, el Doctor Bernal nos demuestra que la educación superior no surge como producto de la generación espontánea, sino que germina como una necesidad social sentida en la Europa medieval no como una forma de producir conocimientos, sino como ingrediente conservador del mismo; por ello, difiero mucho de quienes califican de manera vaporosa a la época medieval, cuando el hombre ilumina su existir con la conveniente luz de una perspectiva generacional, que no individual del conocimiento, que debe ser conservada para el futuro. Como Profesor de Español, me atrevo asegurar que en este precepto que se sitúa en la edad media de manera general, se encuentra el ansiado secreto para contrarrestar el fracaso de la lengua y la literatura en nuestro sistema educativo, pues aunque tanto la lengua como la literatura se comportan como entes que actúan de manera diacrónica en las escuelas y universidades se enseñan como limitados corpus sincrónicos que generan una alucinación conceptual que limita con creces el hecho de aprender y aprehender sus sustancias conceptuales.
La obra en su rico corpus hace un esbozo en torno a las diversas interpretaciones que ha tenido la Universidad a través de la historia, las cuales van desde la percepción de Humbolt que concebía como tarea universitaria fundamental el hecho de formar hombres cultos y transferir y fabricar cultura, por lo que, según el autor, este tipo de Universidad “adopta la investigación científica individual apoyada en la docencia avanzada de postgrado. Las universidades se basaban en el principio de la libertada académica y la autoalimentación de la ciencia generada por los profesores de manera desinteresada y autónoma.
Otro modelo universitario es el de la universidad napoleónica, cuya función primordial es la de formar profesionales para el Estado y atender las demandas económicas de la sociedad; desde esta óptica, nos indica el Docto Bernal que la Universidad es estimada como centro de enseñanza y preservación del saber para servir al Estado.
El tercer modelo, conocido bajo los apelativos de universidad británica o de universidad anglosajona, guarda nexos muy estrechos con las universidades medievales, pues no guarda relación con las necesidades sociales ni con el mercado laboral.



Para finalizar, cito textualmente el texto de Umberto Eco, inicialmente citado por el Doctor Bernal:
En el libro de los Reyes, 1, 19 cuando Elías, que se encontraba en la gruta del monte Orbe, fue llamado a la presencia del Señor, un fuerte viento sopló desde las montañas y quebró la roca. Sed invento Dominus, dice la Vulgata, pero el señor no estaba en el viento. Después del viento llegó el tumulto de tierra y aire, mas in conmotione, non in conmotione Dominus, el Señor no estaba en el tumulto. Y después del tumulto llegó el fuego, mas no igne Dominus, pero el Señor no estaba en el fuego… Dios no estaba ni en el ruido, ni en el barullo, él estaba en el alma de Elías… Esta máxima también es válida para el que no cree en Dios, pero que cree que en alguna parte hay una verdad que descubrir. La verdad no se encuentra en el tumulto, más bien en una búsqueda silenciosa. En el trasiego del mundo de hoy los lugares del silencio permanecen y siguen siendo las universidades… Nuestro sitio que no hace ruido, es solo un ejemplo pero refuerza, espero y creo, mi idea que solo los centros de enseñanza, sobre todo la universidad, son todavía lugares de confrontación (debate, búsqueda) y discusión recíprocas, en las que podemos encontrar ideas mejores, para un mundo mejor.”
Así, pues, Universidad, globalización y heterogeneidad institucional es un silencio ruidoso, que nos invita a buscar la verdad de la universidad en la universidad a través del debate y de la discusión respetuosa, de la cual puede salir el conjunto de ideas supremas que nos permita encontrar, si bien no el mundo mejor que todos soñamos, por lo menos el sendero esperanzador que a dicho mundo nos conduzca. La obra de Juan Bosco Bernal es una invitación a la lectura a conciencia, un llamamiento a buscar la verdad que existe de manera individual y parcial en cada uno de nosotros, para cotejarla a través de la inteligencia con miras a perfeccionar la convulsa sociedad en la que nos corresponde vivir. Felicito al doctor Bernal por tan prolija publicación, por el desinterés con que la ofrece para su comentario y reflexión, a la vez que los invito a todos ustedes para que se encuentren con su verdad interior a través de la lectura de estas páginas confiados en que sabemos que el ser humano no es perfecto, pero sí perfectible.
Muchas gracias.

Centro Regional Universitario de Los Santos, 1 de julio de 2010.

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