viernes, 20 de septiembre de 2024

EL LENGUAJE DEL INTERIORANO: (Discurso de Ingreso a la Academia Panameña de la Lengua)

    Melquiades Villarreal Casillo, Academia Panameña de la Lengua, 8 de agosto de 2024.

Cursaba el tercer año de escuela secundaria cuando, por accidente, escuché una discusión sobre un tema idiomático entre los profesores de español de mi colegio. Se logró un consenso cuando alguien convenció a sus iguales de que él tenía la razón, porque era amigo de un amigo de don Miguel Mejía Dutary quien era miembro de la Academia Panameña de la Lengua. Este detalle captó mi atención y, desde hace más de cuatro décadas, me intereso por todo lo que tiene que ver con los ejercicios de esta casa.

Evoco los versos de Sergio González Ruiz: “las fuerzas de mi destino/ me llevan a tierra extraña” para decir: las fuerzas de mi destino me han colocado en una situación insólita, puesto que los señores académicos han tenido a bien cubrirme de honores al designarme para ocupar una cátedra entre ellos, un sitial que han llenado ilustres panameños, entre ellos, el mayor de todos los santeños, don Belisario Porras Barahona.

Llegar hasta aquí es una consecuencia de mi relación amorosa con la palabra, escrita o hablada, con mis labores literarias y lexicográficas y, claro está, con la benevolencia de los señores académicos.

Me enamoré de las letras cuando pisé la escuela primaria; captaba mi atención el hecho de que la maestra sabía leer y contarnos historias, que en el aula de clases había una pequeña biblioteca que me permitió comprender la orfandad intelectual existente en mi hogar donde no había ni un solo libro. Nací y me crie entre personas iletradas, salvo mi abuela, quien, aunque escribía, no sabía leer. Ella, al conocer mi inclinación por las letras, me obsequió una página de la Estrella de Panamá que guardaba como un tesoro. En esa página se contaban los detalles de la pelea que escenificaron el campeón mundial de peso completo Rocky Marciano con el excampeón Joe Louis en octubre de 1951. Entre mis dedos y, frente a mi vista, aquella página se esfumó de tanto leerla; fue mi primer contacto con las letras y con la imaginación; la magia de las palabras me sirvió para concebir en mi mente a los peleadores y la fuerza de sus golpes como si hubiese estado yo aquella noche en el Madison Square Garden de Nueva York.

Luego, apareció en casa un libro ilustrado que marcó mi vida: Las mil y una noches. Después de leerlo, relacioné las historias fantásticas con lo cotidiano: los viajes de Aladino en su alfombra mágica no me impresionaron; me habían contado que lo mismo hacía mi tía Rosa Padre con la escoba que utilizaba para trasladarse en las noches de luna llena por los montes con el fin de convertirse en venado y asustar a los cazadores. Del mismo modo, las épicas batallas de los diversos varones valientes que, en las páginas ilustradas de aquel volumen, exhibían grandes y relucientes alfanjes, para mí no superaron los singulares combates de mi abuelo quien, con ceremonial parsimonia, se despojaba de la camisa de manta sucia, del sombrero y de las cutarras; miraba hacia las alturas solicitando la bendición divina para esgrimir su cólin (machete) con el ánimo de vencer las tormentas y los vientos.

Permítanme un ejemplo más. Mi papá, aunque ignoraba los arcanos de la lectura, manejaba oraciones (palabras con poder) para todo: para prevenir daños (maleficios), para evitar hemorragias, para amansar las bestias, para seducir a las doncellas, para recuperar cosas perdidas; incluso con una oración podía prevenir y curar los daños vermiculares que los gusanos de monte (tórsalos) producían en el ganado en un perímetro de unos diez kilómetros a la redonda. Curaba ojeados (personas enfermas o tristes); sabía la oración para prevenir farachos, morideras, mal de los siete días o nervios de mujer. Puedo aseverar que, sin internet, mi papá teletrabajaba, pues los efectos sanadores de sus  palabras actuaban a distancia, sin cables, de manera virtual. Sus oraciones eran un remedo del bálsamo de Fierabrás, la panacea para todas las enfermedades, tal y cual nos enseña Cervantes.

La escritura llegó a mí por necesidad. Desde los ocho años me dediqué a escribir cartas de amor para niños y niñas en mi escuelita primaria, quienes eran víctimas de sus corazones enamorados y del mutismo para expresar sus sentimientos; cobraba diez centavos por cada epístola, lo cual me permitió costear mis meriendas en los recreos. Mis cartas de amor tuvieron éxito para casi todos, menos para mí, pues las que yo firmé para mis dulcineas, transcurrido medio siglo, ninguna ha sido respondida.  La ausencia de respuesta a mis cartas personales, la comprendí después; su origen se encuentra en mi incapacidad para el deporte, para la danza, para el canto y para cualquier otra actividad capaz de atraer el interés de las féminas. Acepté entonces que Dios había premiado mi vida con dos invaluables dones: además de poco agraciado, no me dotó de las apetecidas destrezas debidamente justipreciadas por las damas.

En ese ir y venir, a finales de los años ochenta, compartí libros y experiencias lectoras con el poeta Gustavo Batista, quien me comentó que se había ganado un premio de poesía de la Universidad de Panamá en el cual don José Guillermo Ross Zanet, había sido jurado, lo cual lo llenaba de gran felicidad. Y, en verdad, no era para menos. 

Conocí a don José Guillermo, caballero de pocas, pero de certeras palabras, por lo menos conmigo, cuando era el director de esta casa. Hablé con él sobre varios temas, incluyendo su poemario Un no rompido sueño (publicado en 1984), en la cual manifiesta fino gusto y dominio de la poesía española del Siglo de Oro, lo cual se evidencia hasta en el título, que es un verso del célebre fray Luis de León en su Oda a la vida retirada: “Un no rompido sueño,/ un día puro, alegre, libre quiero; no quiero ver el ceño/ vanamente severo/ de a quien la sangre ensalza o el dinero”.

La poesía de don José Guillermo es cristalina como ha dicho doña Margarita Vásquez: “Ros-Zanet asienta su poesía..., formalmente muy bien estructurada, sobre los valores y sentimientos más altos y puros, y expresa la seguridad de que el hombre camina, astronauta de este siglo, hacia un espacio ideal. Es un verdadero tránsito de la autenticidad a la esencialidad, cargada ella misma, de elementos propios, naturales, legítimos, asentados en aquella primera búsqueda del ser auténticamente panameño”.

El poema 1 de su obra Ceremonial del recuerdo, ganadora del Premio Nacional de Literatura, Ricardo Miró, sección poesía, en el año 1954, me sirve para ratificar las palabras de doña Margarita: “El habla nace y nos dura./ Dura apenas la palabra/ el instante del nombrar;/ más dura el hombre, y el habla/ nos dura por siempre y está/ en el comienzo del alma,/ centrada en su eternidad”. Lo efímero y lo imperecedero se imbrican en estos versos para recrear la esencia misma del ser humano, en una clara alusión de desdén hacia la vanidad de vanidades que campea por el Eclesiastés.

La Academia Panameña de la Lengua, en su página, presenta una información sucinta, pero axiomática sobre la prolífera obra de este médico chiricano que encontró en la riqueza de su alma la forma de combinar la ciencia médica con el cultivo de las letras. Me honro, amigos, en ocupar la silla G que un día fue la cátedra de tan ilustre panameño.

La vida, caprichosa como es, me permitió una grata experiencia que motivó mi alma de lexicógrafo que un día auguró una de nuestras académicas: doña Isabel Barragán de Turner.  Caminaba yo por una de las calles de mi pueblo, cuando escuché una voz que me grita: “Pelao, (muchacho) ven acá. ¿Cómo te llamas?” Era Roberto Durán. Le respondí: “Me llamo Melquiades Villarreal”.  Durán se echó a reír y me dijo: “Pelao, tú no eres Villarreal, tú eres un cují, tú eres Melquiades Ayala, tú eres hijo de Osvaldo Ayala”.  Aprovecho este recuerdo del gran boxeador, para testimoniar mi admiración por quien hoy me recibirá en esta casa: doña Margarita Vásquez, persona predecible, porque me dispensa un gran cariño y una amistad sincera, me ha reprendido cuando no corrijo lo que escribo, a la vez que ha elogiado mis logros y me ha animado a continuar con mi labor en pro de nuestra lengua materna; en fin, ha sido mater et magistra.  Por una obra suya, El Diccionario del Español de Panamá (DEPA), supe varios años después lo qué me quiso decir Durán cuando me tildó de cují: vástago producto del engaño de la madre, hijo de otro hombre que no es su padre biológico. Aclaro que fue una broma de Durán, que soy hijo de mi padre y que, de sus veintidós retoños, soy el que más se le parece.

El diccionario de la profesora Margarita es una obra monumental que  recomiendo a todos los interesados en conocer los secretos del español que hablamos en nuestro país; hoy lo empleo para interpretar el carácter poético del hombre interiorano (cualquier persona que no sea oriunda de la capital del país), tema de esta disertación. Cuando yo era busero (conductor de transporte público), escuché a un pasajero (un niño) expresar una frase de extraordinario valor poético: “Mama, siento un deslampado —entiéndase un deslave— en el estómago). Jamás escuché definir el hambre con mayor precisión poética.

Y es que el interior del país está lleno de poesía. No es para menos. Vivimos situaciones interesantes. Hace muchos años, invité a cenar a un restaurante en una playa de Las Tablas al académico cubano, mi maestro de antaño y del presente —espero que lo sea en el futuro—, don Rogelio Rodríguez Coronel, que hoy me honra con su compañía. Él me dijo: “Es increíble que ustedes parezcan tan caribeños, si viven en la costa pacífica”.  Y sí, nuestra esencia es caribeña; cuando estudié lexicografía en España, me percaté de que los panameños tenemos mayores similitudes léxicas con los cubanos y los dominicanos que con los costarricenses o los colombianos.

Al mencionar, el nombre del distrito de Las Tablas viene a mi memoria la sorpresa que se llevó el académico español don Francisco Rodríguez Adrados cuando visitó nuestro país hace una década. Recuerdo que me preguntó: ¿cómo es posible que existan pueblos con nombres como Los Santos o como Las Tablas? Y se echó a reír. Ahora me cuestiono sobre lo que pensaría el doctor Adrados si hubiese escuchado el nombre de los sitios que fungen como antesala a mi pueblo.

Cada una de las situaciones que nos rodean se convierten en musas obligadas. Cuando  Bolívar Rodríguez cortejó a una muchacha de Canajagua (sitio donde los hablantes dan un significado muy particular a la palabra armonía; para ellos, significa: angustia, desprecio, desfallecimiento,  debilidad, cansancio, fatiga, aunque en el Diccionario de la Lengua Española encontremos las siguientes definiciones sinonímicas: concordia, avenencia, acuerdo, paz, solidaridad, arreglo, entendimiento, unión y fraternidad, entre otras) le dijo que no le podía corresponder sus intenciones amorosas, porque estaba comprometida. Según Bolívar, la armonía de sus anhelos tuvo por respuesta una gran armonía: el angustioso desprecio de la joven. Esta situación inspiró a su musa y compuso los versos siguientes: “Donde anida la torcaz/ y se oye el canto del turpial/ allá tengo mi habitad/ Canajagua monte adentro”.  También nos brinda muestras de amor por su terruño al modo del poema Patria, del secretario perpetuo de esta casa que es de todos, don Ricardo Miró: ¡Oh Patria tan pequeña, tendida sobre un Istmo/ en donde es más claro el cielo y más brillante el sol,/ En mi resuena toda tu música, lo mismo/ que el mar en la pequeña celda del caracol!”, Bolívar Rodríguez, en Nostalgia panameña espeta: “Cuando me pongo a pensar/ en mi tierra panameña/ siento en el alma una pena/ y un gran deseo de llorar./ Es la tierra sinigual, estos cielos que hoy añoro/ con mi canto más sonoro/ a ti te vengo a cantar”. Sin embargo, me parece más interesante, cuando le canta a Chitré, su pueblo natal, con gran añoranza, extrañando en su vejez, el pueblo que conoció en su juventud: “Desde Chitré, pueblo mío,/ donde yo aprendí a soñar/ canté a la brisa del mar/ y al frescor del monte umbrío./ Contemplando el horizonte/ esclarecido en la aurora/ canté cual ave canora/ que ofrece su trino al monte”.

Ocurre igual con Atenógenes Céspedes, quien, a sus quince años (en 1953) en el Instituto Nacional escribe su poema Soy santeño, en el que elogia su terruño:“Yo soy santeño: de la fértil tierra/ donde murmura, cantarina el agua/ donde yergue su cumbre el Canajagua,/ cual soberbio monarca de la sierra./ Yo soy hijo del llano, hijo del monte,/ donde aromas de flor tiene la brisa,/ donde es cada mañana una sonrisa,/ y cada atardecer un horizonte./  Yo soy santeño! ... En la frente mía/ han grabado los siglos su grandeza/ y fundiose la hispánica realeza/ con la sangre del indio, la bravía”. De la misma época es el poema Soy chiricano de Santiago Anguizola, quien destaca la chiricanidad en elementos diversos: “De junquillo flexible mi sombrero,/ camisa holgada de cotín listado, (entiendo algodón)  / pantalones de dril (tela) fuerte y tostado,/ grueso calzado y cinturón de cuero./ Cabalgo siempre mi corcel ligero/ con el machete del arzón colgado”,/ y siempre gran afecto he profesado/ a mi soga y montura de vaquero”.

Salvador Medina Barahona, poeta actual y mi maestro de poesía, elogiador de mi poema Los maullidos de la micha (gata) se sincera en su Viaje a la península soñada (la de Azuero) que hasta en su nombre es producto de la metáfora, pues revive el nombre del médico colombiano Vicente Azuero quien jamás pisó esas tierras. Sin embargo, en los poemas de esta colección, el hablante se lamenta de que, al regresar a su terruño, ya no es el mismo, es un extraño en su solar nativo, al igual que en la capital que lo cobija.  No pertenece ni a la ciudad que lo acoge ni a la cuna que lo vio nacer.

La región de Azuero es ubérrima en poesía; es la cuna de don Enrique Geenzier, otrora miembro numerario de esta casa; de Javier Alvarado, hoy prometedor miembro correspondiente, de Javier Medina Bernal, de Pedro Correa Vásquez y de doña Zoraida Díaz, quien hace más de un siglo, víctima de una sociedad machista en extremos escribió los versos: “Quiero ser rosa... botón; / ser celaje, rosicler,/ ser todo... menos mujer/ con memoria y corazón”.

Definitivamente que, como ha dicho el académico español, Arturo Pérez Reverte: “Somos lo que somos, porque, para bien o para mal, y más para mal que para bien, fuimos lo que fuimos”.

Ulpiano Vergara, músico y juglar canta: “después de que todo se acaba, / entonces vengo yo”, para indicar la nostalgia eterna del hombre que, aunque machista, es más débil que la mujer a la que llora: “Llorando estoy/ me has despreciado/ decepcionaste mi corazón, / llorando vivo,/ soy desdichado/ decepcionado/ ya sin tu amor”.  

Gerardo Blanco (pido perdón a los gramáticos, por el título de la canción Habemos hombres buenos, aunque pienso que la corrección lingüística no logra, por lo menos en este caso, la plenitud en el horizonte semántico que augura la normativa), lleva la situación a lo máximo; y  es que el hombre interiorano, a pesar de su machismo es emocionalmente más débil que la mujer, aspecto que se retrata una y otra vez en los versos de sus canciones. Aclaro, antes de citar la siguiente, que el ejemplo que voy a dar surgió mucho antes de la ley de género, y que no se presenta con el afán de esbozar ni un punto de vista ni es una estocada léxica esgrimida con el inútil afán de influir en ninguna forma de pensamiento, tan solo es el reflejo de una realidad pasada de moda. Veamos algunos versos: “¡Cuántos hombres se  quitan la vida por una mujer/ pero nunca he visto que ellas lo hagan también…/ … pero una mujer nunca da su vida/ son puro llanto se hacen las sufridas”.

Es frecuente que la voz poética del campesino se utilice para llorar por amores frustrados que a veces lo conducen a una misoginia de naturaleza inexcusable sustentada en El Quijote con sólidos argumentos por la pastora Marcela, a quien la sociedad intenta culpar por la muerte de Crisóstomo a quien no amaba (y quien se suicidó por amor). Ella sustentó su inocencia en el hecho de que no tenía por qué amarlo.

Aprovecho para dejar una constancia escrita sobre un tema discutido por décadas, para aclarar una duda popular sobre el autor de una décima que ha sobrevivido por muchos lustros: Desde mi silla de ruedas que se le atribuye a Rufino Barahona, aunque Changmarín me dijo que era de su autoría y don Héctor Urriola, último conocedor de los  hechos, detalle por detalle, me lo confirmó. Veamos algunos versos de la décima aludida: “Ella sabe que es bonita/ pero no tiene cabeza/ y la aparente belleza/ con el tiempo se marchita/.  Más pasará el alboroto/ y vendrá otra primavera/, yo buscaré piernas nuevas/ y otra vez me pararé/ y perdida la veré/ desde mi silla de ruedas”.

Dorindo Cárdenas presenta una visión diferente, no acusa ni juzga a la mujer ni se queja de ellas; al contrario, nos dice que sus desprecios y su temperamento inextricable no hay que tomarlos en cuenta, porque: “son cositas de ellas” y que “cuando se cierra una puerta se abren doscientas mil”.  Inclusive, se burla de los obstáculos  que se interponen entre los amores: “Yo me voy yo me voy a casar/ Con una muchachita bella/ yo me voy yo me voy a casar/ aunque sus padres no quieran”.

Seguidamente, manifiesta, con acentuada indiferencia, el desprecio de sus suegros: “Sé que sus padrecitos/ no quieren ser mis suegros/ pues lo que tapal micho/ no se lo come el perro”. Cabe destacar la agramatical contracción tapal porque está para el micho, (gato) para darle doble significación: lo que está para el micho, o lo que tapa el micho, aunque el efecto semántico es el mismo: no se lo come el perro.

Luego, cuestiona la posición inútil de los suegros, valladares de su amor: “¿Qué les pasa a mis suegros? / ¿Por qué a mí no me quieren?/ Si ella y yo nos queremos y nada nos detiene, / pues cuando se quiere de verdad/ no existe consejo de valor/ el amor es una enfermedad/ que solo se cura con amor”.

Don Carlos Alfredo López Guevara me contó que la reversión del canal de Panamá produjo una especie de crisis en la conciencia panameña, pues durante el siglo XX se luchó por la recuperación de la vía interoceánica, pero, al tenerla, perdimos nuestra principal motivación como nación. Carlos Francisco Changmarín nos demuestra en su décima Sobre el puente del canal, dedicada a la inauguración del puente de las Américas en el año 1962, el espíritu de lucha del panameño, aunado a una motivación: el deseo de soberanía en la Zona del Canal de Panamá, que era dominada por los Estados Unidos.  Este puente vuelve a unir a las Américas, que  habían sido escindidas por el canal que, irónicamente enlaza los océanos Atlántico y Pacífico, al tiempo que divide a Panamá.

La décima aludida denuncia la insatisfacción producida por la  quinta frontera, a la vez que entona un canto esperanzador que se experimenta desde los primeros versos: “Sobre el puente del canal/ ondeará nuestra bandera/ orgullosa y altanera/ como antorcha universal.” Luego, expresa anhelos de soberanía: “Panamá, patria querida, / patria de mi corazón,/ ya flamea tu pabellón/ en aquella vieja herida,/ que te hicieron de por vida/ al servicio universal/ en tu linda capital/ lucirás con gallardía/ tu bandera patria mía/ sobre el puente del canal.”

La décima es vaso depositario de la cultura popular; en El zahorí de La Llana, Benjamín Acevedo nos cuenta la historia de un albino que vivió por los campos de Macaracas y Tonosí, a principios del siglo veinte, quien tenía extraordinarios poderes de adivinación y de curación.  Sin embargo, toda su vida está rodeada de un halo mágico que reviste cada uno de sus momentos de un realismo pletórico de maravillas. Este personaje, cuya identidad no se da a conocer, es peculiar, pues no solo lloró en el vientre materno, sino que nació “cuando el cerro Canajagua, desafiaba el horizonte”, “cuando el grito del sinsonte hacía reír la sabana”; “cuando la Tepesa buscaba el brillo de una luz desde Bombacho hasta La Mesa”, “cuando en la cumbre lejana, cantó la pavita de tierra”, ser mítico del que hoy, los pocos que lo recuerdan, se burlan y que, en no pocas ocasiones, en mis días de niñez, me asustó con su canto.

El zahorí de La Llana era un gran curandero, capaz de sanar hasta un picado (mordido) de culebra, utilizando remedios sorprendentes. Veamos: “Para un picao de culebra/ No tenía comparación/ les rezaba una oración/ y lo sentaba entre piedras. / Con plumas de una venebra/ y el cuero de una rana/ más el rabo de una iguana/ y un poco de ají picante/ lo ponía de buen semblante/ el zahorí de La Llana”.

Y cuando el zahorí muere, el diablo viene a buscarlo, pues los dones que poseía eran parte de un pacto, por lo que: “Bramó en el monte el chivato/ cuando el zahorí murió/ y arrecho se apareció/ un perro prieto y un gato./ Se veía de rato en rato/ pasar debajo de su cama/ sapos, culebras y ranas/ y hasta un pájaro brujero/ que tuvo de compañero/ el zahorí de La Llana”.

Finalmente, me comprometo ante ustedes y ante todos los hablantes de esta lengua que nos une, espero que las condiciones me sean dadas, para que mi paso por la silla G, se matice con el trabajo fecundo, para aportar un granito de arena al crecimiento de nuestro país y (al igual que el poeta José Franco. que seguro estoy de que se alegraría mucho de compartir conmigo este momento) entonar los versos finales de Panamá defendida: “Patria mía…/ mañana serás júbilo,/ podré mirarte alegre,/ oler tu casa limpia,/ sentir la aurora libre/ sobre tu patrimonio./ Junto a tu corazón,/ mañana, te lo juro,/ cantaremos un himno/ por la vida”.

Muchas gracias.

jueves, 20 de octubre de 2022

HIMNO DEL COLEGIO MANUEL MARÍA TEJADA ROCA

 Se han abierto las puertas del templo         

que dan paso a la luz del saber;

con esfuerzo y virtud como ejemplo,

la consigna, triunfar ha de ser.

 

Canajagua gigante cautivo

que tu cima levantas al cielo,

muestra tus galas siempre altivo

como digno guardían de tu suelo.

 

Que la azul soñación de tu cumbre

que abrillanta la luz de una estrella

sea en tu mente, estudiante, la lumbre

de un ideal que naciente destella

 

Imitemos al gran estadista

a quien no me amedrentó la derrota

respondiendo en el templo a la lista

y siguiendo en su ejemplo al patriota.

 

 

Que nos dice adelante tableños

al estudio con fe y con tezón,

solo así alcanzarán los istmeños

gloria y triunfos para la nación.

 

Y así habrá nuestro templo alcanzado

la cultura de la juventud,

galardón que solo ha logrado

con esfuerzo, saber y virtud.


Letra: Tilcia Conte de Tejeira.

Música: Alberto Galimany.



domingo, 4 de julio de 2021

SINÓNIMOS Y ANTÓNIMOS: ¿PUERTA ES ENTRADA O SALIDA?

 

SINÓNIMOS Y ANTÓNIMOS: ¿PUERTA ES ENTRADA O SALIDA?

  Me pregunto ¿porqué si entrada y salida son antónimos? ambos términos son sinónimos de puerta.

Según el DRAE, puerta significa:

"2. f. Armazón de madera, hierro u otra materia, que, engoznada o puesta en el quicio y asegurada por el otro lado con llave, cerrojo u otro instrumento, sirve para impedir la entrada y salida, para cerrar o abrir un armario o un mueble."

salida significa: "4. f. Acción y efecto de salir o salirse."

"4. f. Espacio por donde se entra a alguna parte."

Ejemplo:    Juan se alejó de la puerta de su casa.
                 Juan se alejó de la entrada de su casa.
                  Juan se alejó de la salida de su casa.

EL SUSTANTIVO JULEPE: USOS EN PANAMÁ

 

EL SUSTANTIVO JULEPE: USOS EN PANAMÁ

Melquiades Villarreal Castillo

El español tiene una riqueza incalculable tanto por su variedad léxica como por su flexibilidad semántica. Detengámonos en el caso de la palabra julepe, la cual, según el Diccionario de la Lengua Española tiene, entre otras, las siguientes acepciones:

-        poción de aguas destiladas, jarabes y otras materias medicinales;

-        un esfuerzo o trabajo excesivo de alguien;

-        un golpe, tunda o paliza;

-        susto o miedo,

-        desorden; problema o fastidio.

En el caso del español de Panamá, el vocablo encierra una gran cantidad de definiciones sinonímicas relacionadas con las que el DLE ofrece. Veamos:

Relacionadas con jarabes y otras materias medicinales:

 Julepe: 1. Jarabe artesanal para la tos hecho de tolú, paja de limón, eucalipto, endulzado con miel de abejas. Ejemplo: La mamá le preparó un julepe a María para calmarle la tos. 2. Purgante. Jarabe de sen y pulpa de tamarindo. Ejemplo: El julepe de sen y tamarindo le produjo una corredera a Josefa.

Resulta interesante acotar que tanto el sen como la pulpa de tamarindo son reconocidos por sus propiedades laxantes, situación de la que nace otra de sus acepciones: corredera, que es la consecuencia de tomarse el mencionado julepe: una diarrea que obliga a correr hasta el lugar apropiado. 

            Relacionado con un esfuerzo o trabajo excesivo, el término alude al pensamiento expreso en el Eclesiastés; es decir, correr tras el viento. Tenemos dos acepciones en este orden: afán y necedad. Ejemplos: De todo su julepe (afán) no se llevará nada a la tumba.  Sus esfuerzos son un auténtico julepe (necedad).

            En relación con un golpe, tunda o paliza, también es de uso frecuente en nuestro país.  Ejemplo: Pedro le propinó un gran julepe (golpe, tunda o paliza) a José quien fue a provocarlo.

Desorden: Baile, escándalo, fiesta, jolgorio, rebolincho, parranda, fiesta. Ejemplos: Los Domínguez hicieron un julepe hasta la madrugada para celebrar el cumpleaños de Aura. En este orden de ideas también están: caos, desorden, alboroto, trifulca.  Ejemplo: Los niños hicieron tremendo julepe a la hora del recreo.

El sustantivo julepe también significa miedo, susto (acepción que predomina en Sudamérica). Ejemplo: Mi perro les metió un julepe a mis vecinos.

            A estas definiciones, es necesario agregar que hay una amplia variedad de frases sinonímicas de julepe, entendidas como problema, enredo lío.  Veamos los siguientes ejemplos:

            San Juan sin sombrero:  Lisandro se encontró un san Juan sin sombrero (julepe) por irrespetuoso.

            Trepa que sube: A la hora de repartir los regalos, se formó un trepa que sube (julepe).

            Arroz con mango: El martes de carnaval Calle Arriba y Calle Abajo formaron su arroz con mango (julepe).

            Nariz sin hueco:  Narciso se encontró una nariz sin hueco (julepe) por no respetar a los mayores.

            Calor de perra parida:  Agustín sufrió el calor de perra parida por retar a las personas sin conocer sus capacidades.

            Como se ha visto, julepe es un término que en Panamá posee muchas acepciones que denotan a cabalidad la riqueza de nuestro idioma.

 

sábado, 5 de septiembre de 2020

Acercamiento crítico a la producción cuentística de Gloriela Carles Lombardo, Eyra Harbar y Gilza Córdoba: tres voces narrativas emergentes en Panamá


Melquiades Villarreal Castillo
         Como participante en todos los congresos sobre literatura organizados por la Universidad Tecnológica de Panamá, testimonio que la producción literaria nacional ha sido examina desde variadas perspectivas. A ello, sumo la experiencia de haber compartido con los expositores internaciones, quienes han mostrado complacencia, por la calidad de los eventos y, sobre todo, por el esmero de nuestra literatura que, poco a poco, comienza a ganar un sitial meritorio dentro de las letras hispanoamericanas. En este Sexto Congreso de Literatura Panameña, auspiciado por la Universidad Tecnológica de Panamá, me enfocaré en un Acercamiento crítico a la producción cuentística de Gloriela Carles Lombardo, Eyra Harbar y Gilza Córdoba: tres voces narrativas emergentes en Panamá. Igual que para todos, las reglas para mí son claras: la brevedad es condición imperante.
         Por ello, me referiré inmediatamente a un enfoque en torno a la obra de Gloriela Carles Lombardo, quien este año se hizo merecedora del Premio Sagitario Ediciones de Minicuentos, con la obra Niño de Ajo.
         En esta ocasión, me referiré a la obra Fugacidades en un panal de fuegos, obra publicada el año pasado, de la cual la crítica ha hecho comentarios muy positivos, tales como el de  doña Margarita Vásquez, quien ha dicho: “El libro Fugacidades en un panal de fuegos interpreta, mediante toques, palpitaciones, formas, metáforas y alusiones, una serie de rasgos, creencias, sentimientos y dimensiones culturales relacionados con la percepción de la mujer por ella misma o por los otros. Procura desentrañar ideas culturales heredadas o adquiridas, manifestadas en información que ha sido ataviada figuradamente, como se ha dicho, o, en algún caso, trasvestida. ¿Más específicamente sobre qué habla? Sobre acciones humanas, sobre formas de conducta, sobre imágenes e imaginaciones. No se refiere a lo verdadero o falso, sino a la influencia que puede ejercer la recepción de la palabra escrita, el diálogo, la observación, el silencio o el ejemplo personal en los personajes y, por ende, en el lector.” (Vásquez, 2018)
“En cambio, el polifacético, Salvador Medina Barahona nos dice: Fugacidades en un panal de fuegos, primer libro de la escritora panameña Gloriela Carles Lombardo (Ciudad de Panamá, 1977), justo viene a ofrecernos el fruto de una hibridación que ya no solo habla del tejido de dos géneros que de suyo se desbordan el uno sobre el otro, sino de la tensión que opera a partir de sus asociaciones líquidas, lo mismo que de la armonía que los concilia en un mismo espacio textual.
Es un libro que alterna consistentemente poemas breves (de estructura versal, algunos de los cuales exhiben un cierto aliento narratológico) con minificciones en prosa de evidentes vuelos poéticos.” (Medina Barahona, 2018)
         Y, en su prólogo a la obra, Enrique Jaramillo Levi indica:  “En este sentido, mucho tiene de surrealista su prosa, de asociación de ideas al modo de la escritura automática, de hibridación en movimiento perpetuo, de quiebre radical con lo establecido. De actitud rompedora. Para ello, el uso de la ironía, el sarcasmo, el absurdo, la hipérbole de prosapia antigua, y a ratos incluso la implícita y sin embargo vibrante denuncia, son instrumentos de semántica precisión casi que quirúrgica. En algunos textos campean sin mucho eufemismo traumas, fobias, rabias a punto de estallar convertidas en ficciones encomiables, sorprendentes… Y como todo empeño renovador en el arte, esta forma oblicua de escribir abre nuevos caminos.” (Jaramillo Levi, 2018)
         Del libro de Carles Lombardo, nos encontramos con una combinación de minicuentos, con minipoemas, que sería interesante llevarlos a un laboratorio más amplio, con la finalidad de obtener un punto de vista más general y exacto a una obra que, al buen estilo cortazariano, le exige al autor, al lector y se exige a sí misma. En el relato La otra, se observa la presencia freudiana que en alguna medida nos sirve para entender los enmarañados laberintos de una mujer, quien, cuando fue abandonada por su padre: “De pequeña fue feliz. Era la niña de los ojos de su papá. Un día lo perdió. Se fue con otra mujer. Desde entonces se entramó en su inconsciente un tropo de venganza y la búsqueda de su progenitor. Disolvió matrimonios, se estampó la etiqueta de “querida”, se le abalanzaron mujeres-madres-esposas a pedradas. Más tarde se casó con la sombra de su padre.” (Carles Lombardo, 2018, pág. 36) Este microrrelato, en lugar de ofrecernos una historia finalizada, nos imbuye en un sinnúmero de nuevas preguntas, ¿por qué la protagonista se identificó tanto con su padre? ¿por qué su inconsciente se torna en caldo de cultivo para la venganza? ¿porqué se venga en personas inocentes? ¿qué quiere decir el narrador cuando nos indica que el personaje más tarde con la sombra de su padre? ¿será tal vez una sugerencia que también abandonará a la protagonista?  que nos invitan a realizar nuevas lecturas.
         En cuanto a los poemas de Gloriela Carles Lombardo, al igual que sus minicuentos están pletóricos de vértices interpretativos; sus variadas posibilidades, en esencia, recrean la vida, desde lo simple a lo trascendental, de lo cotidiano a lo extraordinario, puesto que pocas palabras son capaces de crear y recrear situaciones afines a todos:
“te llaman así. relámpago. ruido pesado/ granizas en la esquina del comienzo/ relámpago. hermosura gris/ tu pecho trotante. vehemente rugido / miel en la hiel. silencias murmullos. Escalas /  pero el arrullo no muere / sentada sobre el ala de qué sinfonía  / te florecen los párpados / y la arista ofuscada de qué último beso / ese frenesí en el que anidas / ese ardor tierno del sol / eso que no se conoce.” (Carles Lombardo, 2018, pág. 65)
En verdad, hay varias interpretaciones imposibles, inclusive las equívocas, en las que el lector juega a ser el dios de los significantes y de los significados, sin tener ningún acercamiento al dios-creador que es el artista de la palabra. El poema puede referirse a la brevedad de la vida (relámpago) con sus cargas de sufrimiento (ruido pesado); una vida que per se es extraña porque graniza en el comienzo (el granizo es rara avis en nuestro medio, donde, generalmente, solo llueve; y lo más interesante, por lo menos para mí, es combinación miel con hiel, que puede ser una imagen de alegría y sufrimientos, los dos mares entre los que navega nuestra existencia.
En el minicuento Revés, la autora nos pone frente a una metáfora incitadora de múltiples interpretaciones: “—¿Qué puede emanar de la nada?, se pregunta en voz alta mientras va terminando de tejer una bolsa que la engulle sin darse cuenta.” (Carles Lombardo, 2018, pág. 53) ¿A qué se refiere realmente, a la destrucción del personaje que es devorado por su obra, la bolsa que teje? O es tal vez un llamado de atención a la humanidad entera que crea una bolsa de destrucción que simboliza el capitalismo salvaje, la competencia sin freno, y la destrucción del planeta. ¿Es la ambición del hombre la bolsa que teje y lo devorará? Disculpen que haya venido a traer dudas, en lugar de soluciones, pero así es la literatura de Gloriela Carles Lombardo, una permanente invitación a la reflexión y a la lectura.
         Gilsa Córdoba (Panamá, 1979) es una cuentista que, aunque emergente (porque emerge con -Augurio, 2018- su primer libro), formó parte de los talleres de escritura de cuento, quien al prologar la obra nos indica: “Uno de los méritos que a mi juicio tienen estos cuentos de Gilza es su asombrosa variedad temática y formal. Resulta evidente que, más que preocuparse de buscarle un solo registro a su creatividad tratando de establecer un estilo propio reconocible en esta primera muestra lo que le interesa más es narrar de forma amen situaciones muy diversas, cuya verosimilitud se logra mediante el uso de un lenguaje esmeradamente selecto, así como por su manera de destacar la conducta singular de algunos de sus personajes. La versatilidad de la autora es, pues, manifiesta. (Jaramillo Levi, 2018, pág. 11) Jaramillo Levi en el prólogo,         “Entrando ya un poco en los cuentos mismos del libro, quiero destacar que Hogar es a mi juicio un minicuento perfecto: por su gran concentración anecdótica ahíta de acumulada violencia, y por la hondura de sus implicaciones.” (Jaramillo Levi, 2018, pág. 13) Coincido totalmente que la justa apreciación de Jaramillo Levi, pues Hogar es un relato en el cual Anabel, la protagonista, logra la felicidad (su hogar es un manicomio) al ser bien atendida y tratada como un verdadero ejemplar de la raza humana, tras haber asesinado a su madre, quien a su vez había matado a Kiev, el conejito que era la mascota de Anabel y lo preparó como la cena de ese día.  El minicuento esboza una nueva realidad, por lo menos en cuanto a la concepción cósmica, pues, aunque no es común utilizar las mascotas como cena, es menos común matar a la madre por haber matado a un conejo. Sin embargo, el relato se desarrolla guiado por un hilo de incuestionable verosimilitud, pues lleva al lector a paladear los intrincados comportamientos del ser humano, haciendo alarde de la conocida afirmación popular que cada cabeza es un mundo: tenemos una madre que no ve pecado en matar a la mascota de su hija, al tiempo que la hija no ve inconveniente en vengar la muerte de su mascota, aunque la venganza recaiga en su progenitora.
         Hay en los relatos de Gilza Córdoba una clara influencia de Edgar Allan Poe, pues en algunos de sus relatos lo trágico, lo tétrico y el más allá se combinan, para complicarle la existencia a los terrenales habitantes de este valle de lágrimas. En Augurio, que lega su título a la colección, el narrador nos convence de lo supra afirmado: “Es por todos sabido que las gentes que nacieron en occidente durante los siglos del V al XV tuvieron apercibidas por un temor supersticioso, reminiscencia de creencias, actos y rituales provenientes del paganismo antiguo, de tal manera que asuntos tan cotidianos como la compra de un terreno, la tenencia de animales domésticos y hasta la vida conyugal, eran con frecuencia intervenidos por rituales mágicos o esotéricos.” (Córdoba, 2018, pág. 25) El personaje principal del relato, con mentalidad muy siglo XXI, entiende perfectamente estos conceptos medievales, hasta que un cuervo se presenta en su hogar y, poco a poco, lo sumerge en el mundo de la duda, el cual, en no pocas ocasiones conduce al mundo de la credulidad, que lo llevan, inclusive en creer en supuestas maldiciones que Shakespeare introdujo en Macbeth, las cuales se cumplen irremediablemente, si no se cumple con ciertos rituales.
         Él protagonista decide acabar con el problema del cuervo y lo mata, se deshace de él. Sin embargo, el asunto no termina ahí, pues el personaje vuelve al hogar y se duerme; se da cuenta que hay un cuervo (que puede ser el espectro del cuervo que él mato), decide tirarle un libro para deshacerse de él, sin embargo un fuerte dolor en el pecho: “Desde entonces vago sin descanso en la bruma de lo incorpóreo caminando por los cementerios de la ciudad o tomando un lugar en los palcos vacíos de los teatros durante las obras como un aficionado más al arte, casi siempre sin ser advertido por nadie.” (Córdoba, 2018, pág. 35) El relato es, a mi juicio una gran elaboración literaria, en la cual el lector queda atrapado en varias posibilidades que van desde que las maldiciones medievales perviven como sustratos en nuestro tiempo o que simplemente son reales y se cumplen.
         En El cuaderno de numerología volvemos a encontrarnos con elementos sobrenaturales, pues el personaje se dedica a través de juegos intrincados de magia a adivinar los números de lotería, los cuales siempre son premiados; el dinero lo emplea para solventar los problemas económicos de su familia. En realidad, este cuento recrea las raras creencias que existen en Panamá en cuanto a relaciones aritméticas, incomprensibles por lo menos para mí, para acertar la lotería como las famosas pirámides, etc. Sin embargo, el cuaderno está maldito según el personaje quien, de paso, no se interesa por obtener beneficios económicos tal y como lo hace su familia.  El cuaderno maldito le genera dinero, pero el dinero no le ofrece felicidad, sino que le trae nuevos problemas, como el temor de lo que le pueda ocurrir.
         De Eyra Harbar, Jaramillo Levi nos dice que: “A excepción de un cuento de extensión mediana, como “Los remedios de Miss Harrington” (pletórico de una gran humanidad en la forma de ser e interactuar de sus personajes) y de algún otro como “Viaje prometido”, las ficciones que Eyra Harbar reúne en este libro no suelen pasar de una página, y a menudo solo tienen un párrafo de ceñida y muy cincelada extensión. Cada forma de describirnos un conflicto en ciernes o desarrollándose arrollador hasta alcanzar su desenlace, posee una magia poderosa que al igual que pone en movimiento lo que a menudo es estático, en la forma cautivante de lo expuesto hace vibrar al lector por su fuerza intrínseca inaudita. De hecho, podría decirse que en no pocos de estos textos la naturaleza, el entorno, la atmósfera o los sucesos mismos, a menudo ligados a lo telúrico o a lo sobrenatural imprevisible, fungen como los verdaderos protagonistas de las historias.” (Jaramillo Levi, 2018, pág. 35)
         El microrrelato Profeta que a la letra dice: “El gallo canta en la madrugada e intenta en vano convencer a las aves vecinas que ha empezado el día. Esta vez no es la primera que quiere robar el sueño en el barrio. Canta y no logra persuadir a su especie, pues siguen durmiendo a pluma suelta. Se confirma así aquella antigua cita que asegura que nadie es profeta en su propia tierra.” (Harbar, 2018, pág. 47) es un minicuento pleno en posibilidades, pues el gallo es uno de los grandes símbolos de la literatura universal: el canto del gallo anunció la traición de Pedro a Cristo y, por una pelea de gallos José Arcadio Buendía mata a Prudencio Aguilar hecho que lo conduce a la fundación de ese Macondo mítico que nos sigue retratando de cuerpo entero. En el caso que nos ocupa, nos encontramos con un gallo frustrado, que intenta inútilmente convencer a sus semejantes del próximo amanecer que está por llegar. Sin embargo, si sacamos el símbolo del contexto  el gallo tiene otras posibilidades, tales como los mensajes de Cristo, Mahoma, Buda, etc., para que vivamos una vida menos cruel, aunque también puede ser esa especie de vox clamantis in deserto de unos pocos juanes bautistas que nos invitan a despertar y luchar contra la corrupción que carcome los cimientos de la sociedad ante la hiperbólica, tal vez estulta indiferencia de la mayoría.
         El cuento Paciencia que a la letra dice: “No entienden que en cada nueva guerra arderán sus bibliotecas, sus orgullosos inventos de civilización y sus avances tecnológicos, y yo guardaré los escombros de cada ciudad desaparecida con su registro de muertos y ceniza. Yo, tierra maestra de los sabios del planeta, los guardaré con la etiqueta: nueva extinción.” (Harbar, 2018, pág. 61) Se vislumbra la autodestrucción del hombre como consecuencia de su avaricia y la trascendencia de la escritura (guardada por la tierra) como vestigio único de su existencia. El concepto latino homo homini lupus se aplica en su totalidad en este microrrelato, toda vez que el hombre destruye el planeta para satisfacer su ambición, sin percatarse que, mediante una especie de karma, se autodestruye.
         Las tres cuentistas emergentes que, de manera breve, he reseñado en esta ocasión, dan claro testimonio de que, aunque las considero excelentes en su producción, evidencia universalidad, concisión, manejo adecuado del lenguaje, diversidad semántica y, sobre todo, testimonios nacientes de los derroteros que nuestra literatura, en general, está próxima a alcanzar.
           

Referencias bibliográficas

Carles Lombardo, Gloriela. (2018). Fugacidades en un panal de fuego. Panamá: Foro/taller Sagitario Ediciones.
Córdoba, Gilza. (2018). Augurio. Panamá: Impresora del Pacífico.
Harbar, Eyra. (2018). No está de más. Panamá: Foro/taller Ediciones Sagitario.
Jaramillo Levi, Enrique. (2018). Figuraciones creativas en los cuentos de Gilza Córdoba. En G. Córdoba, Augurio (págs. 9-17). Panamá: Impresora Pacífico.
Jaramillo Levi, Enrique. (2018). Figuraciones creativas en los cuentos de Gilza Córdoba. En G. Córdoba, Augurio (págs. 9-17). Panamá: Impresora Pacífico.
Medina Barahona, Salvador. (2018). Tejido, tensión y armonía en el libro Fugacidades en un panal de fuegos de Gloriela Carles de Lombardo. En G. Carles Lombardo, Fugacidades en un panal de fuegos. Panamá: Foro/taller Sagitario Ediciones, 2018.
Vásquez, Margarita. (2018). Levanto la copa. En L. Carles, Fugacidades en un panal de fuegos. Panamá: Foro/taller Sagitario Ediciones.





domingo, 21 de octubre de 2018

LA ENVIDIA, TEMA DEL CUENTO ESTRELLITA DE JAVIER MEDINA BERNAL


Melquiades Villarreal Castillo
       La raza humana, desde sus orígenes ha anhelado una vida tranquila, feliz, en la cual puedan coexistir la confianza y los buenos sentimientos.  Todo pareciera, sin embargo, que no es posible debido a la presencia posible de un gen o de una especie chip, pues no estoy tan seguro de que si somos humanos que nos comportamos como máquinas o somos máquinas que fingimos ser humanos.
 Lo que sí me es dable  afirmar es que, del mismo modo que la ambición y el delito son especies de deus ex machina que mueven el mundo, especie de combustible que hace andar el desarrollo y la economía consumista y competitiva que nos toca convivir, un mundo que en menos de un siglo ha hecho más estragos que el meteorito aquel que, según los científicos, casi destruye el mundo en su totalidad hace sesenta y cinco millones de años.
Lo que pretendo decir, palabras más palabras menos, es que sin la envidia no tendríamos un mundo tal y cual lo conocemos; menos una literatura y otras manifestaciones artísticas tan enriquecidas como las que podemos disfrutar hoy desde la comodidad del hogar en diversos soportes, entre los que se destaca el (la) internet.
       Javier Medina Bernal, valiéndose de elementos simplistas, cotidianos en extremos, bosquejos del mundo, construye en su cuento Estrellita presente en su libro No estar loco es la muerte, ganador del Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró, sección cuento en el año 2013, un relato decidor, realista (aunque la realidad tratada se enfocan en la envidia y la hipocresía), en el cual despeja una serie de interrogantes que han roto la cabeza, no solo de los escritores panameños, sino también de otros lares, pues, como ya he señalado, existe una deshumanización del arte (al decir de Ortega y Gasset) y de la ciencia, agregaría yo, pues lo único importante en el mundo es producir un producto (valga el acusativo interno, redundancia para el purista que lo desee) que se venda y genere pingües ganancias, que compita con productos de calidad sin importar las condiciones de la competencia; todo se reduce en producir dinero a como dé lugar para –víctimas de un consumismo salvaje– invertirlo en excentricidades que, a la postre, no mejoran en nada la actualidad de los semejantes y lo que resulta peor, es que, en alguna medida, contribuyen con la propia destrucción de sus beneficiados.
       La envidia es un sentimiento nocivo, mas si se maquilla con los afeites de la hipocresía que lo limita al grado de que todos quieren ver bien a los demás, eso sí no más bien que ellos mismos; el envidioso en el fondo necesita que su competencia sea buena, pero no más buena que ellos, con la finalidad de establecer un parangón que permita elevar la calidad de su obra. Verbigracia: un buen escritor, necesita que otros escritores sean buenos, pero no tanto como ellos; pues de ese modo los demás le sirven para encumbrarse sobre excelentes muestras del arte de la palabra, sin jamás cederles la cima.
       En el cuento Estrellita nos encontramos con dos escritores que hacen pareja. Tenemos una mujer amante, que no es amada, la cual convive con un amado que no la ama, sino que odia y envidia, oculto tras una hipócrita máscara que lo lleva a crear situaciones deleznables, incluyendo un crimen frío, planificado, propio de la sociedad de nuestro tiempo, donde ya ninguna manifestación del mal, por tétrica que resulte, pareciera sorprender a nadie.
       Ella le muestra amor constante, el finge lo mismo para obtener beneficios de ella, estableciendo una relación de cuerpo-sombra, donde irónicamente ella se conforma con ser la sombra de él, aunque en la realidad es el cuerpo; él solo es la sombra, el reflejo de ella. En la siguiente cita, entre consuetudinarios casos, se comprueba nuestra afirmación: la envidia va precedida de la hipocresía, un sentimiento tal vez más dañino y maquinador:
“Cuando llamaba en la mañana, contestaba y me decía: Hola rayito de sol, ¿cómo estás?, de inmediato me daban ganas de mandarla al diablo y decirle: ¡Yo no soy ningún rayito de sol, al carajo con eso!; ¡además, son las diez y media de la mañana, ni tan temprano es, tonta, estúpida, mojigata! Sin embargo, me mordía la lengua y remataba: Hola, mi conejita bella, ¿cómo amaneciste? Ella me respondía lo obvio y hablábamos babosadas por unos minutos más. (Medina. 2014. Pág. 13)
       Aparte de la simbiosis odio-amor (según la perspectiva de él) que sostiene a la pareja, aunque ella pensaba que su relación se basaba en el amor, existía otro tipo de relación, no menos sólida:
       Los dos éramos escritores en defensa de la lengua española… Bueno, ya va, calificarla a ella como escritora es un tanto benévolo, o más bien malévolo… Ella escribía, por lo tanto, era escritora; pero, si vamos a eso, a un niño que cursa el primer grado de primaria y que de hecho escribe todos los días, se le podría llamar escritor también. Creo que se entiende lo que quiero decir respecto del talento de mi amiguita, mi conejita bella.” (Medina. 2014. Pág. 34)
       Puede observarse el planteamiento que se hacen tantos escritores en nuestro país, en tertulias infinitas y desesperanzadas, donde se discute entre otras cosas: ¿por qué si alguien escribe muy bien, castiga inmisericordemente el lenguaje, exige verdaderas acrobacias semánticas, semióticas y exegéticas a novedosas metáforas, sus obras no son tan vendidas como las de escritores, que aunque manipulan técnicas avanzadas de mercadotecnia, aunque sus obras sean tan efímeras como el conocido veranillo de san Juan? En nuestro país, al igual que en el resto del mundo se dan estos casos.
Volviendo con nuestra pareja, ella hasta lo desalentaba a él en todo, desde los detalles nimios, hasta la intimidad: “Luego, al mediodía, nos encontrábamos en el café. Íbamos al centro, comprábamos un par de estupideces para llenar nuestros respectivos vacías, yo con libros, ella con libros y perfume y hacíamos el amor en el aprietabotón, o sea, en el push-botton.” (Medina. 2014. Pág. 34)
Sin embargo, aparte de la hipocresía, puesto que finge amarla, la nota más importante era su vida de escritores. Ella es una escritora prolífica: escribe hasta diez cuartillas por día, lo que le permite publicar veinticinco novelas y no publicó más, porque también tenía otros oficios: “asistir a toda reunión literaria y a viajar dando conferencias, a ser mi compañera, lo que se traduce en cocinar para mí, compras y mantenimiento en general del hogar,  organización de las cuentas por pagar, y sexo, no grandioso, pero frecuente.” (Medina. 2014. Pág. 34)
Él se sabe un escritor de culto, es decir, uno de esos escritores que exhiben: “un lenguaje precioso y cuidado y, sobre todo, lleno de riesgos y juego, una novela pletórica de imágenes intensas y vivas.” (Medina. 2014. Pág. 35)
En cuanto a producción, él se siente frustrado, pues ella, publica mayor cantidad de obras que él todas son éxitos editoriales; y, aunque los editores lo reconocen como mejor escritor que ella; al respecto, ella hace lo mismo, pues sin darse cuenta, lo hace sentir muy mal (claro que él lo disimula), cuando ella dice en cuanta oportunidad tiene de hacerlo que todo lo que sabe sobre el ejercicio de la escritura lo aprendió de él.
Él tiene una producción novelesca en notable desventaja con respecto a ella: según su editor, quien le reconoce sus méritos, aunque tiene el defecto de que, de seguro, no despertará el anhelo lector de nadie. Así, él mismo nos dice: “Yo, en cambio, escribí dos novelas de las que, hasta ahora, solo una he conseguido publicar. La otra, la que más me interesa, para variar, es, según mi agente y algunos correctores de estilo que trabajan en diversas editoriales, impublicable. Es decir, esta es una novela póstuma, coincidieron todos los que la leyeron. Habrase visto, hoy en día ya los del negocio editorial saben qué libro puede ser un éxito de ventas después de la muerte.” (Medina. 2014. Pág. 34-35)
Ella escribe lo que está de moda: una saga, cuyo personaje principal se llama Estrellita, que ha sido traducida a diversos idiomas y de la cual se han vendido millones de ejemplares alrededor del mundo; que ha generado millones de dólares en regalías que ella no tiene reparos en gastar con él, pues reitero una vez más que ella lo ama tanto que, inclusive, le ha heredado los derechos de autor, lo cual no ha sido hecho por él.
El grado de envidia es tal que él le propone que mate al personaje Estrellita, que tanto dinero le ha dado, para lo cual le propone que la haga morir muy mayor, rodeada de muchos hijos, nietos y biznietos.
Ella, para complacerlo, acepta.  Es entonces, cuando a él se le ocurre una idea más macabra aún. Le propone que se suiciden ambos, con lo cual sellarán su gran amor. Ella accede. Él compra él veneno (bebe algo parecido y cae al piso simulando grandes dolores); ella, al verlo, bebe el veneno real; él la ve morir, deshace las pruebas y se dedica a disfrutar todo el dinero que ella tenía).
La obra póstuma de ella se vende de manera inconmensurable alrededor del mundo; él se deja de escribir y se dedica a dictar conferencias sobre la obra de la mujer que murió por amor a él. Comienza a leer las obras que él tanto había criticado y se percata de que no eran de tan mala calidad como él mismo había pensado.
En este cuento, Javier Medina Bernal lleva al máximo su particular estilo para lograr efectos inesperados para un gran número de lectores, quienes, aunque conocen la envidia y sus efectos, se sorprenden hasta dónde la misma es capaz de llegar.
Considero que la producción literaria de Javier Medina Bernal, merece un estudio profundo, pues la misma es irreverente y novedosa, al grado de que capta la atención del lector y lo somete a los caprichos de su mundo ficcional.
Panamá, 18 de septiembre de 2018.

viernes, 26 de enero de 2018

Planta solar térmica Gemasolar como tecnología innovadora y sostenible.


 Ayleen Villarreal
Panamá, 18-1-2018

Resumen: El objetivo de este artículo consiste en conocer la nueva tecnología termosolar de torre central con receptor de sales fundidas y almacenamiento térmico. La misma se desarrolla actualmente y permite obtener energía de forma ininterrumpida por varias horas, aun cuando la luz solar no incida directamente sobre los heliostatos, ya que se almacena el calor permitiendo de esta manera un suministro continuo de energía durante horas de la noche o en días oscuros, utilizando principios termodinámicos en el sistema y aprovechando la energía solar como fuente principal, la cual es virtualmente renovable para el ser humano. Se plasmará el funcionamiento básico de la planta Gemasolar que utiliza este tipo de tecnología, de manera que podamos familiarizarnos con esta reciente técnica que genera valiosos resultados.

Palabras claves: almacenamiento energético, energía termosolar, heliostato, radiación solar, sal fundida.

Title: Gemasolar solar thermal as an innovative and sustainable technology. 

Abstract: The aim of this article is to know about the new  central tower technology with molten salt receiver and thermal storage is currently being developed , and that allows for uninterrupted power for several hours even when sunlight does not shine directly heliostats , because heat is stored thus allowing a continuous power supply even during at night or in dark days, using thermodynamic principles in the system using solar energy as the main source, which is virtually renewable for the human being. Here the basic operation of the Gemasolar plant using this technology, so that we can familiarize ourselves with the recent technical that is generating valuable results will be reflected.

Key words: energy storage, solar thermal energy, heliostat, solar radiation, molten salt.

Introducción
El hombre ha sabido aprovechar las fuentes de energías renovables desde hace mucho tiempo, hecho que experimentó una extensa duración, pero tuvo una significativa pausa con la llegada de la llamada “Revolución Industrial”, época en la que se da la aparición del carbón, cuya densidad energética es superior a la de las energías renovables y su menor precio desplazó a las tecnologías anteriores. Luego, el carbón fue desplazado por el petróleo en varias aplicaciones, debido a que era más limpio y con mayor poder calorífico [1].
A través del proceso químico que se lleva a cabo en las plantas a través la fotosíntesis, se da la transformación de la luz solar hasta convertirse en materia orgánica sumamente rica en energía, dando lugar a la creación de la energía fósil, en la cual se fija parte del carbono existente en nuestra atmósfera. A pesar de que se requieren miles de años para que se forme el recurso energético, la demanda indica que la energía obtenida durará muy poco, ya que el consumo de la sociedad moderna cada día se incrementa más para lograr satisfacer las necesidades actuales.
Por otro lado, se da la aparición del gas natural como fuente energética, también conocido como “la energía del siglo XXI”. La utilización del gas natural, así como los combustibles de bajo carbono tienen gran auge, reemplazando al petróleo y el carbón. Presenta significativas ventajas con respecto a otros tipos de combustible, entre las cuales destacan su precio accesible, la cualidad de que es limpio y seguro, existe una alta continuidad en el suministro y el mantenimiento de los equipos puede llevarse a cabo con facilidad. No obstante, el agotamiento de los combustibles fósiles provoca un aumento en los costos de este tipo de energía, además es imposible ignorar el impacto medioambiental causado por la extracción del recurso [2].
Es por ello que el surgimiento de la energía solar y otras energías limpias se están abriendo camino y retoman su lugar en la actualidad, ya que ahora no es únicamente una opción energética, sino que se convierten prácticamente en una alternativa prometedora que hará frente a la escasez de otros combustibles, además de reducir las emisiones de carbono y gases invernaderos que son despedidos diariamente al ambiente, mejorando así nuestro entorno de vida [3].
En cuanto a las tendencias y novedades que trae consigo el enfoque futuro por solucionar la crisis energética que azota nuestro planeta, la planta Gemasolar supera el reto de utilizar las más recientes tecnologías que permiten desarrollar un modelo energético sostenible y que también garantizan la seguridad del servicio eléctrico que abastece tanto a hogares como a industrias, empleando la tecnología por concentración que es sumamente amigable con el ambiente.
La primera sección de este artículo describe en general la planta Gemasolar, seguida inmediatamente por la descripción de los componentes que conforman el sistema y el funcionamiento de la planta. Una vez planteados estos puntos, se procede a  analizar las ventajas y desventajas de la energía termosolar, así como el impacto ambiental que esta tecnología involucra.

Descripción general de la planta Gemasolar.
La tecnología solar térmica es aquella que aprovecha la energía que irradia el sol y es captada por un concentrador solar, de manera que pueda calentarse un fluido para que pueda utilizarse y abastecer procesos domésticos, comerciales e industriales a partir de la energía generada. En el año 2006, la empresa multinacional española SENER Grupo de Ingeniería S.A., inició el proyecto Gemasolar. Más tarde se fusionó junto a la compañía de energías alternativas MASDAR de Abu Dhabi, dando origen a Torresol Energy, que finalmente promovió la construcción de la planta y quedó lista para el mes de abril del año 2011 [4].
La planta Gemasolar tiene una torre central cuya altura es de 140 metros y posee además como elemento singular un receptor cilíndrico de alta eficiencia, que se ubica en el punto más alto de la torre. Los espejos planos alrededor de la torre son los llamados heliostatos que conforman el campo solar sobre el cual incide la radiación. En el caso de Gemasolar, existen 2650 heliostatos que fueron instalados en un periodo maratónico de siete meses.
Cada uno de los heliostatos consta de una superficie de espejos de 120 m2 que es orientada de forma continua a lo largo del día en función de la posición del sol y las condiciones meteorológicas que se presentan. Poseen además un sistema de actuación de dos ejes de alta precisión que controlan los movimientos apropiados para que los rayos incidan sobre los espejos en todo momento del día y de esta manera llevar a cabo la técnica de concentración solar. Los mismos están distribuidos concéntricamente en forma de anillos alrededor de la torre central y el más alejado se encuentra ubicado a una distancia de aproximadamente 1 km en una orografía plana tal como puede apreciarse en la Figura 1.

La potencia nominal de la planta es de 19,9 MW con una generación anual de 110 GWh, siendo capaz de abastecer alrededor de 27 500 hogares. Al ser la primera planta termosolar que utiliza la tecnología de receptor de torre central con receptor y almacenamiento de sales fundidas, tiene la peculiaridad de ser la única planta capaz de suministrar exitosamente electricidad por periodos gestionables ininterrumpidos de 24 horas a plena potencia durante la mayoría de los meses del año, lo que la convierte perfectamente en un modelo a seguir para el diseño, desarrollo y construcción de nuevas plantas.

Componentes.
Para conocer el funcionamiento de una planta termosolar, consideramos indiscutiblemente necesario el hecho de conocer cada uno de los componentes del sistema para la transformación de la energía, motivo por el cual se describen brevemente a continuación:
Los heliostatos son los encargados de recibir la radiación solar y consisten en la colocación de varios espejos cuya orientación automática detecta el ángulo correcto para una eficiente captación solar, haciendo que los rayos solares converjan en la caldera. Aunque existe un sistema de control, existe pérdida de captación de los rayos solares principalmente por dos factores: el primero consiste en que los heliostatos no reflejan en su totalidad la radiación y el segundo factor corresponde a la distribución de los mismos en el terreno, lo que atribuye las pérdidas a la posición geométrica dentro del campo solar.
Otro componente importante es la caldera, que es donde convergen los rayos solares y en la cual se alcanzan elevadas temperaturas. El aislamiento juega un papel importante para potenciar el uso de la energía, ya que el fluido debe mantenerse caliente durante todo el proceso.
El vapor que se genera en la caldera dará origen al movimiento que produce el giro en los álabes de la turbina, que a su vez está unida al generador para recibir el movimiento y transformar la energía mecánica en energía eléctrica por inducción.
La energía calorífica que no es utilizada inmediatamente se almacena en el acumulador con el fin de abastecer el sistema en ausencia de la radiación solar. Esta energía es incluida en su momento en la red eléctrica a través de un transformador.
También está el condensador, encargado de convertir el vapor proveniente de la turbina en agua líquida, luego de realizar el trabajo termodinámico, lo cual se logra a través del circuito de enfriamiento que contiene en el interior. Como se trata de un ciclo cerrado, la bomba impulsa nuevamente el agua hasta la caldera para continuar el ciclo.
Los tanques de almacenamiento tienen una elevada importancia, ya que son los protagonistas de que la planta termosolar continúe abasteciendo aún en ausencia de radiación solar, lo que se explica detalladamente en el funcionamiento de la planta.
Existe también un moderno sistema de control en el campo solar, encargado de regular y mejorar el funcionamiento del sistema a través de controladores interconectados entre sí por medio de fibra óptica. Este sistema es automático y está constantemente analizando las condiciones físicas y ambientales en el campo de heliostatos, lo que permite que se hagan las adecuaciones necesarias para el mejor aprovechamiento del recurso energético, corrigiendo por ejemplo la posición de los heliostatos según la hora del día para o la época del año para una mayor recepción de luz solar.
Funcionamiento.
Luego de viajar 8 minutos, los rayos del  sol inciden sobre los receptores. Los helióstatos son capaces de reflectar un alto porcentaje  de la radiación  y transmitir esa energía al compuesto de sales fundidas que circulan en el interior de la caldera. El aprovechamiento de la luz solar ofrece una producción energética libre, silenciosa y no contaminante. Su uso puede ser de forma indirecta, relacionado con la energía eólica, hidroeléctrica, fotosíntesis, entre otras. En nuestro caso, nos interesa conocer sobre el aprovechamiento de energía solar directa que concentra la radiación solar incidente en los espejos en un punto por el que existe la circulación de las sales fundidas y así generar el vapor de agua a alta presión, generando así la fuerza mecánica que hará mover la turbina [5].
Para el funcionamiento de la planta termosolar, se requiere el almacenamiento de sales, las cuales se encuentran confinadas en tanques construidos en acero inoxidable para evitar la corrosión a consecuencia de las altas temperaturas a las que se expone. Éstos son cuidadosamente sellados de forma hermética para crear así un aislamiento térmico. Las sales se manejan a través de tuberías soldadas con el fin de impedir posibles derrames, tal y como podemos apreciar en la Figura 2.

Las dimensiones de los dos tanques térmicos de la planta Gemasolar permiten el almacenamiento térmico de 800 MWh de capacidad de energía. La separación de los depósitos frío y caliente de la planta Gemasolar permiten una adaptación de los materiales para las respectivas condiciones. En el caso de alta temperatura se fabrica de acero inoxidable ASTM A 240 grado 347, mientras el depósito de baja temperatura es construido de acero al carbono ASTM A 516 grado 70. La temperatura de operación de la planta Gemasolar es de 565 °C para el tanque caliente y 288 °C para el tanque frío [6].
El sistema de sales fundidas genera el vapor y sirve también para almacenar el excedente de calor proveniente de aquellos momentos de sobre-energía en los que la radiación calórica recibida es más que suficiente para cubrir la demanda de la turbina del sistema, por lo que parte de esas sales se almacenan en un tanque caliente capaz de conservar el calor para utilizarlo en momentos de baja radiación solar con una duración de hasta 15 horas sin necesidad de radiación directa o en ausencia de luz solar, aplicando principios termodinámicos y de transferencia de calor para el manejo de la energía almacenada
En el caso de que sea inevitable evitar un derrame, la mezcla de sales liberadas consta de sustancias químicas como el nitrato potásico y el nitrato sódico, cuyo impacto al ambiente sería prácticamente inofensivo, puesto que su composición es bastante similar a la que se utiliza para productos que se utilizan tradicionalmente en la agricultura para aportar elementos nutrientes al suelo y de esta manera funcionar como un abono a las plantas para favorecer el rápido crecimiento.
En vista de que es absolutamente necesaria la refrigeración del condensador del sistema y tratando de conservar el carácter ecológico, se aprovecha el agua lluvia como líquido refrigerante, que es un recurso ofrecido por la naturaleza y que usualmente se desperdicia. Esta agua es recogida en embalses y se transporta a través de canaletas y tuberías, evitando de esta manera utilizar lagos, pozos y captaciones de agua para abastecimiento público, además de no alterar el curso natural de los ríos y afluentes cercanos a la planta.

Ventajas de la energía termosolar.
Entre las principales ventajas de esta tecnología está el hecho de que es respetuosa con el medio ambiente, no existe una gran emisión de gases contaminantes ni generación de residuos peligrosos. La energía solar es un recurso renovable, lo que permite producir energía a gran escala a través de este tipo de centrales, convirtiéndola en una fuente de energía gratuita [7].
Las sales almacenadas son prácticamente inofensivas al entorno, la instalación de la planta se puede llevar a cabo en áreas rurales y aisladas, lo que la convierte en una energía sostenible, lo que provoca una significativa disminución de la dependencia de suministros externos.
Esta tecnología presenta gran eficiencia y tiene un bajo costo de producción para unidades grandes de potencia, por el orden de los 100 a 200 MW, además que es de fácil instalación.
A pesar de que los espejos de los heliostatos en la planta Gemasolar están colocados en una orografía plana, para el desarrollo de otras plantas puede considerarse también un terreno a desnivel, ya que los ejes permiten una eficiente orientación para la captación de la radiación solar.

Desventajas de la planta.
Entre las desventajas de este sistema, podemos mencionar una mayor complejidad mecánica, por ejemplo, los heliostatos solo tienen seguimiento en uno de los ejes, presentando deficiencia en la ubicación para el mejor aprovechamiento de los rayos solares. Es la electricidad más baja de todas las tecnologías solares por concentración. El costo de inversión inicial es elevado y ocupan grandes áreas de terreno, por lo general desérticas, pero de cierta manera afecta la flora y fauna del lugar.
Otra desventaja es que depende a gran escala de las condiciones meteorológicas, las cuales se ven afectadas o no según la época del año o la posición en la que esté instalada la planta, además de que existe un gran peligro por las altas temperaturas que logran alcanzarse.

Impacto ambiental.
     El uso de la energía solar para cumplir con diversas funciones no es un tema reciente, sin embargo, como se menciona en este artículo, el petróleo ocupó su lugar con la llegada de la Revolución Industrial.
     Debido a los altos costos por el agotamiento del combustible y los graves daños ocasionados al ambiente, la producción energética se está enfocando una vez más en el aprovechamiento de la energía solar desarrollando innovadoras tecnologías para generar electricidad.
     En el caso particular de la planta Gemasolar, la energía producida es limpia, hecho que va estrechamente ligado a una significativa reducción de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que la convierte en una tecnología respetuosa con el medio ambiente y a pesar de que también genera efectos negativos contra el entorno en que vivimos, definitivamente son menos dañinos que las tecnologías convencionales.
     El impacto medioambiental de las tecnologías convencionales es significativamente más dañino que la repercusión de las tecnologías basadas en energías renovables,  lo que convierte a la energía termosolar en una tecnología amigable cuyos efectos no ocasionan grandes cambios en el equilibrio de nuestro planeta.
    
Referencias bibliográficas
[1]
Méndez, J. M. y R. Cuervo, Energía Solar Térmica, 1ra. Ed, Ed. Fundación Confemetal, España.
2]
“International Energy Agency data sheet”, Concentrating Solar Power, World Energy Outlook 2014 Factsheet.
[3]
C.S. Jwo, Ed., Solar Energy and Clean Energy: Trends and Developments, ser. International Journal of Photoenergy, Hindawi, 2015, vol. 2015.
[4]
(2010) Torresol Energy [Online]. Disponible en: http://www.torresolenergy.com/torresol/gemasolar.html?swlang=es
[5]
F. A. Farret and M. Godoy, Integration of Alternative Sources of Energy, John Wilet & Sons, Inc. Hoboken, New Jersey, 2006.
[6]
D. Stefan. (2012) Madrid Solar. Guía Técnica de la Energía Solar  Termoeléctrica. [Online]. Disponible en: http://www.fenercom.com/pdf/publicaciones/Guia-tecnica-de-la-energia-solar-termoelectrica-fenercom-2012.pdf
[7]
 Luna N. (2013). TSS. Universidad de San Martín. [Online]. Disponible en: http://www.unsam.edu.ar/tss/ventajas-de-la-energia-solar-termica/





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