jueves, 4 de julio de 2013

DESVELO

Rosario Vargas

Aquella noche fría, en mi habitación se escuchaban los pasos. Lentamente se acercaba; su charrasquido de dientes me ponía intranquila.  Trataba de levantarme, pero no podía.  A mi mente llegaban sucesos y situaciones inexplicables. Pensaba: “¿Qué ha de pasarme? ¿Por qué esta intranquilidad?”  Suena el reloj marcando la media noche… Era justo el momento en el que mi amado Gonzalo había despertado de la Muerte. Mientras pasaban las horas, más tenebrosa se tornaba la noche, se escuchaban las ventanas quejarse, caen los vasos en la cocina. Llora el niño que vive al lado.  Me asombro y me asusto, pues dicen que los niños ven y presienten cosas. 

               Logro despertar, corro a la cocina, me lleno de espanto, no veo nada… no hay nadie que pudiera estar en casa.  Todos están quietos. Parecía que nada hubiera pasado.  Son las dos de la madrugada…  A pesar de que estaba sola en esa casa grande y fría, ya no sentía miedo. Había comprendido todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger